Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano |
* Rey Néquiz Villalba
La verdadera ideología pura de la izquierda en
la vieja Europa enseñaron que la defensa doctrinal es uno de los recursos
valederos al existir condiciones propicias para su práctica, los del
pensamiento avanzado como Carlos Marx, Lenin y Trotzky, apostaban a la
insurrección armada y al razonamiento con posibilidades de triunfo por conducto
de la vida democrática.
Pero en México a través del PRD apostó a la
ofensiva con discursos sofistas (pensamiento filosófico del oscurantismo) para
desestabilizar la lucha ideológica, debilitar las instituciones y saltar al
poder por medio de negociaciones y acuerdos sin tomar en cuenta a la base
social.
De nueva cuenta, algunas de las múltiples
fracciones de una izquierda que todavía representa a la derecha reaccionaria
con logotipo del PRD, no manifiesta los intereses de la clase social sino de la
plutocracia que ostentó el poder hasta el 2018. Su transformación
marxista está distante y ajena a las realidades nacionales, con lamentables
muestra de incapacidad política, en la línea incongruente y de una persistente
de infantilismo que todavía no puede adaptarse.
Las conspiraciones ideológicas de la izquierda
en México y en complicidad con grupos de la ultraderecha, sólo sirvieron para
garantizar una economía desquebrajada – donde fueron gobierno-, marginación,
pobreza, hambre, desintegración familiar, enfermedades y desigualdad social,
con retorcida filosofía esperan nutrir de razonamientos oportunistas a un
verdadero anticomunismo, ciego y servil a los intereses del imperialismo y
contrario a las necesidades expresas de millones de mexicanos que buscan un
oportunidad para salir del bache económico en el que se encuentran.
Para nada favorece que la izquierda identificada
con el PRD, con manifestaciones de terror y violentar el orden constitucional,
perdió la oportunidad de llegar a gobernar a nuestro país. Tales conspiraciones en la atmósfera
política y democrática provocan un atraso social y una descomposición del
progreso en nuestro país.
La enajenación de varios personajes del PRD,
Cuauhtémoc Cárdenas, Jesús Ortega, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard
y los expriístas; Manuel Camacho Solís, Manuel Díaz, Porfirio Muño, entre
otros, provocaron una imagen de violencia, terror, miedo, incertidumbre y
abandono de toda acción legal de las fracciones de una izquierda que en nada
contribuyó al desarrollo progresista de nuestro país.
Las consecuencias fueron desastrosas para el
país y millones de mexicanos, sí los ideólogos de la izquierda con reaccionarios
de la ultra derecha divididos, equivocados y como rémoras de la plutocracia, no lograron llegar al poder absoluto de la República, se salvó el país de volver al pasado con
nefastos resultados.
Así, los que se apoderaron de la lucha social
del PRD, por medio de grupos identificados como tribus y mafias del
Revolucionario Institucional, tiene pocos méritos moralistas en las
aspiraciones liberales de la sociedad mexicana.
Los admirables y bufones que ofrecían el cambio
en nuestro país con retóricas baratas, demuestran a la sociedad civil que
carecen de lenguaje al no poder ocultar sus verdaderas intenciones y su rostro
de corrupción, tras fabricar una serie de artimañas de errores de los gobiernos
actuales con la finalidad de ganar terreno ante la sociedad civil, quienes no
desconocen los razonamientos falsos de los hombres que dicen ser con máscara
del pensamiento de izquierda.
El doble lenguaje político de ideología social,
la mayoría de ellos desconoce lo que significa, exhiben sus ideas torcidas e intolerantes que los
alejan de ser ingenioso, al actuar como verdaderos capitalistas y no por
defender las verdaderas luchas sociales sino sus propios intereses. Con ellos, que
desconocen cualquier aspiración democrática, y cuando les favorece son
transparentes y legales, sí se apoderan
del poder el caso sería absoluto que devastaría al país, ellos mismos llevan al PRD a su destrucción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario