* La Madona de los mexicanos con Semiramis, Ninkarsag, Isis, Cibele, Ishtar, Astarté
Por: Rey Néquiz Villalba
Imagen egipcia, la diosa Isis |
Imagen de la Isis- Ceres Romana |
La siguiente información es un extracto del Capítulo Ocho de
"Apocalipsis: exposición detallada de las profecías". En su primera
aparición en el mundo, la “gran ramera” se sienta sobre Sumeria-Caldea. Lo hace
a través de la persona de Semiramis , esposa de Nimrod, es decir, la “gran
ramera” se personifica en Semiramis.
Diodorus , varón griego de Cecilia, cuenta la historia de Semiramis. Al morir
Nimrod, Semiramis se proclamó a sí misma “Rhea”, es decir, “Madre de los
dioses”. Tomemos nota: “Madre de los dioses” es un distintivo muy notable y
común en los anales de la raza humana.
Más adelante en la historia, Nimrod, ya muerto pero no olvidado, se conocía
como “Baal”, título que significa “Señor” o “Amo”. También lo llamaban
“Kronos”, a este los romanos llamaban “Saturno”. Siendo Semiramis la esposa de
“Baal”, su título hubiese sido “Baalti”, -Traducido al latín, “Baalti”
significa “Mea Domina”, traslación al italiano, el nombre o título es
¡“Madonna”!
Siguiendo la tradición idolátrica originada en Sumeria-Caldea, la Iglesia
Católica Romana llama a la Guadalupana “La Madona”, título que jamás se le
confiere en la Biblia. Así pues, los eslabones lingüísticos forjan un enlace
indiscutible entre la muy antigua diosa madre Baalti (Semiramis) y la “Madona”
del catolicismo romano.
Afirmamos confiadamente que las multitudes de católicos romanos, al venerar a
la Virgen Gudalupana (La “Madona”) con fervor que sobrepasa su adoración a
"Cristo", siguen propagando entre los seres humanos, sin percatarse la gran
mayoría de lo que hacen, el antiguo concepto idolátrico de una poderosa “diosa
madre pagana” , “Madre de los dioses”. El estudiante perspicaz de la historia
humana y del libro de Apocalipsis no pasa por alto tan evidente conexión fuerte
entre el paganismo de la antigua Sumeria-Caldea y la “Mariología” de la Iglesia
Católica Romana.
Volviendo a Semiramis, ella aseguró que su hijo Tammuz había nacido de forma
milagrosa , reclamando que él era la reencarnación de Nimrod. Los escritores
clásicos identifican a Tammuz como “Bacus”, nombre que significa “Hijo
lamentado”. Este “Hijo lamentado” algunos lo asocian con la profecía de Génesis
3:15, la cual dice: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar".
La semejanza entre Tammuz y Yahshúa (el Mesías-Cristo en Hebreo) es evidente. De ambos se dice que su
nacimiento era milagroso. “Hijo lamentado”, o “hijo de sufrimiento”, aplicado a
ambos. Uno de los dos es un falso “mesías”. Nacido de una mujer que tuvo la
osadía de llamarse “Madre de los dioses”, Tammuz es el falso. Yahshúa, y no
Tammuz (Bacus), es quien cumple Génesis 3:15.
Se teoriza que Semiramis desempeñara un papel importante en el desarrollo de
los “Misterios caldeanos”, los que sirvieron para propagar la idolatría que
ella fomentaba. Semiramis, en el carácter mitológico de la diosa Isis (Helena);
figura en una secta samaritana al parecer organizada por Simón el Mago.
“Claramente, Osiris era Nimrod, e Isis era Semiramis. Así pues, Simón Mago
decía que él mismo había sido el poder que moviera a Nimrod y que Helena era
Semiramis, la reina del cielo”.
En Sumeria, se adoraba a la diosa “Ninkarsag”, a quien le decían la “Madre
Dolorosa” , intercediendo ella, como se creía, entre los seres humanos y los
“dioses duros”, pues estos se inclinaban a tratar con esperanza a los humanos.
Las diosas Osiris, Isis y Horus |
El parecido entre la mitológica “Ninkarsag” y la “Madre Dolorosa Guadalupana”
es asombroso, pues el concepto católico de una “madre intercesora” es casi
idéntico al que tenían los antiguos sumerios de su diosa Ninkarsag. Para el
católico, la “Virgen Guadalupana” es más tierna, comprensiva y compasiva que el
“fuerte” Yahweh, aún más que el hijo Yahshúa. De ahí, su notable tendencia
de apelar más a la “Virgen” que a Yahshúa mismo, pese a la clara enseñanza del
Espíritu Santo, diciendo este que “hay un solo Elohim ( Dios en Hebreo), y un solo mediador entre Elohim y los hombres, Yahshúa ell hombre” ( 1 Timoteo 2:5 ).
Desde tiempos remotos, la “gran ramera” viene “sentada” sobre reinos
idolátricos. Se sentó primero sobre Sumeria-Caldea, dominándola, gobernándola y
corrompiéndola.
En Sumeria “los sacerdotes llegaron a ser la clase más rica y poderosa en las
ciudades. En cuanto a la mayoría de los asuntos, ellos eran el gobierno.
Resulta difícil determinar hasta qué medida el ´patesí´ (líder) era sacerdote o
hasta qué punto era rey”.
Las grandes ciudades de Sumeria “fueron organizadas alrededor de templos y
burocracias sacerdotales”. Paralelamente, dondequiera que haya alcanzado poder
la Iglesia Católica Romana, en el mismo centro de ciudades, pueblos o aldeas se
encuentra una catedral o una capilla católica romana, desde cuyo recinto
“sagrado” el clero católico romano pretende controlar no tan solo almas sino
también la política y aun la economía, logrando ampliamente sus propósitos al
poder imponer su voluntad.
Egipto, entre los descendientes de Noé, algunos fueron a parar en el fértil Valle del gran Río Nilo, donde establecieron el reino de Egipto. Trajeron consigo sus creencias idolátricas, incluso la veneración de una “diosa
madre”. A esta la llamaron “Isis”, dándole también el título “madre de dios”.
La “gran ramera”, tomando la forma de “Isis”, se sentó en Egipto, haciendo
sentir su presencia y poder a través de los sacerdotes que la servían en
palacios y templos del país. Las imponentes pirámides, los templos con sus finas columnatas, las enormes
esculturas de dioses, diosas y faraones, el arte y los escritos jeroglíficos
del antiguo Egipto, todos evidencian la tremenda influencia que ejercía la
religión idolátrica sobre los gobernantes y el populacho del Imperio.
Incuestionablemente, la “gran ramera” estaba sentada sobre Egipto, no cediendo
su posición durante más de tres mil años. Confrontado por Moisés y Aarón, el
Faraón se recurre a los representantes de la religión pagana en Egipto, los
“sabios” y “hechiceros” de su reino como lo señala Éxodo 7 en sus versículos 8-13, acontecimiento que pone
de relieve el estrecho enlace entre el poder secular y el poder religioso en
Egipto.
Nimrod, legionario de Satanás y padre de la brujería |
Más de tres mil años después de instituirse el culto a Isis en Egipto, los
teólogos católicos de Alejandría (Egipto) dieron el título “madre de dios” a la
también mítica “Virgen Guadalupe” inventada por ellos. Haciéndolo, no seguían
ninguna indicación bíblica sino la muy arraigada tradición de la “diosa madre
pagana del universo”. Para los egipcios, Isis era “madre de dios”. Para los
católicos, la “Virgen Guadalupe” es la “madre de dios”. ¿Quién es la verdadera
“madre de Dios”? ¡Ninguna de las dos!
La doncella judía María era la madre, según la carne, de Yahshúa, pero jamás
la madre del Mesías en su existencia como Ser espiritual. Admirarla por su
santidad y el privilegio de ser madre carnal del Yahshúa encarnado, esto, sí,
podemos hacerlo, y lo hacemos, pero venerarla, o adorarla, como “madre de Dios”, esto no lo debemos hacer.
Según la mitología egipcia, la diosa Isis tuvo un hijo llamado “Horus”
(“Osiris”). Isis, con su hijo Horus; María, con su hijo Jesús (significa en la mitología griega Zeus). El paralelismo
es evidente; la teología también es la misma en varios aspectos. ¿Qué es la
“Virgen María, madre de dios” sino otra “diosa madre” en el largo linaje
continuo de “diosas madres” que data desde Semiramis? A la “Virgen María” la
presentan con vestimentas “cristianas”, pero su verdadera identidad no es
oculta para el estudioso imparcial de estos temas.
En el Imperio Asirio, la “diosa madre” (la “gran ramera” que se sienta es este
país) es Cibele, y su “hijo” se llama Deoius . La “diosa madre” que se sienta en Babilonia es Ishtar. “Como diosa, Istar era
la gran madre, la diosa de la fertilidad y la reina del firmamento.” Esta diosa
fue asimilada por los griegos, llamándola ellos “Astarté”, precursora de
“Afrodita”. Los romanos la conocían como “Venus”, también adorándola.
Ishtar, diosa de la fecundidad en los seres humanos, los animales y las
plantas, hacía que todo se procreara y creciera. Los babilonios dieron varios títulos a Ishtar, entre ellos: “La Virgen”, la
“Santa Virgen” y la “Virgen Madre”. De manera asombrosa, ¡estos títulos son los
mismos dados por los católicos a la “María” que veneran! Una letanía babilónica a Ishtar rezaba: “Señora de las señoras, diosa de las
diosas, exaltada por encima de todos los dioses”.
Las dos figuras doctrinales; la diosa pagana y la diosa Católica, Apostólica y Romana |
La diosa Ishtar “se sentó” sobre Babilonia. “Ningún rey emprendería una campaña
ni avanzaría hacia una batalla, ningún babilonio arriesgaría decisión crucial
alguna ni iniciaría empresa importante, sin ocupar a un sacerdote o mago para
que le leyera las señales”.
En Grecia la “diosa madre pagana” es Astarté , o Afrodita , con su infante. O
es Irene, la diosa de la paz, con su hijo Plutón. Para Roma la “diosa madre
pagana” (la “gran ramera”) es Fortuna (“Venus”), con su hijo Júpiter .
En Éfeso, la “diosa madre pagana” es “Diana”.
Con sus múltiples senos al descubierto,
las estatuas de Diana proyectan la fecundidad atribuida universalmente a
“diosas madres”. Curiosamente, una torre figura en la corona de Diana, símbolo,
tal parece, de la torre de Babel, cuyo significado se conserva de varias formas
en las religiones idolátricas.
En China, la “diosa madre pagana” es “Shing Moo”, nombre que significa “Santa
Madre”. La representaban con un arco de gloria alrededor de su cabeza y un
infante en sus brazos, más o menos como los católicos representan a su “Virgen
María, con el Niño dios”.
Alemania, la “diosa madre pagana” es la virgen “Herta”. Dinamarca, Filandia y
Suecia, la “diosa madre pagana” es “Disa”, con su infante al hombro. Mientras
que para la India, la “diosa madre pagana” es “Indrini”, con su niño. También
se conocía como “Isi”, la “gran diosa”, con su hijo “Iswara”.
Estas diosas madres, teniendo cada una la naturaleza de la “gran ramera”, han
hechizado a los gobernantes de muchos reinos y naciones, influyendo
directamente en sus decisiones y acciones. Así pues, “sentada sobre una bestia
escarlata” es una representación totalmente apta de la “gran ramera”, es decir, de
la “diosa madre universal”.
En los distintos países donde la han endiosado, la “diosa madre universal” se
ha presentado con nombres diferentes, pero ella es la misma mujer pervertida y
engañosa que lleva a las naciones al error y a la perdición, sometiéndolas a sus
supersticiones, explotándolas y llenándolas de sus abominables idolatrías e
inmoralidades.
En el continente europeo de la Edad Medieval, ella se introdujo muy sutil y
engañosamente como la “madre iglesia”, soberbiamente reclamando ser “la única
iglesia verdadera”. Se sentó imperiosamente sobre la bestia sanada, es decir,
sobre el Imperio Romano sanado, permaneciendo en esa posición hasta que se
levantaron los “diez cuernos” (países), sublevándose estos contra ella, la aborrecieron, la dejaron despojada y la quemaron. Pese a las acciones de los
“diez cuernos”, la madre iglesia romana sigue poderosa en la tierra hasta el
día de hoy.
La Madona de los mexicanos |
Referente a esta interpretación de sentarse la mujer ramera sobre varios reinos
a través de la historia y fiel a la parábola
visual sobre ella, la figura vista en la cinematografía profética de Juan es
una antigua presencia demoníaca. Se le ve cabalgando por encima y dirigiendo
los asuntos del mundo.
La bestia que la porta es una representación profética
de los gobiernos del mundo, a los que su presencia ha corrompido desde la
antigüedad -el Reino Viejo de Egipto, Babilonia del tiempo de Nabucodonosor,
Asiria del tiempo de Senaquerib, Persia del tiempo de Ciro y Darío, Grecia del
tiempo de Alejandro Magno, Roma del tiempo de Nerón y un imperio escatológico
(futuro) con parecido al dominio de Roma. Pero, nunca ha sido limitada solo a
estos reinos. Aún antes del nacimiento del primer Faraón ya estaba corrompiendo
la tierra, y permanecerá hasta que Dios destruya su fortaleza al llegar el fin
de la edad."
Gran importancia y relevancia de Apocalipsis
En la historia del mundo, ¿han existido reinos seculares cuyos rasgos y
comportamiento coinciden con las revelaciones sobre la “bestia escarlata que tenía
siete cabezas y diez cuernos” ? Definitivamente, se han presentado uno tras el
otro, en conformidad indiscutible con las visiones y explicaciones de Daniel y
Apocalipsis.
Según la historia de la humanidad, ¿acaso se haya levantada alguna “mujer” que
realmente se sentara sobre aquellos reinos? La “gran diosa madre” está siempre
presente en los templos y palacios de reinos que no honran al verdadero y único
Creador del universo, ejerciendo no poco poder.
Los seres humanos esparcidos por Elohim “sobre la faz de toda la tierra”,
¿seguían rindiendo culto a la “gran diosa madre universal” dondequiera que
fueran? Lo hicieron, con testificar con las pirámides que edificaron, más infinidad
de simbolismos, ritos y mitos adicionales.
Pues bien, estas consideraciones significan, ciertamente, que las visiones de
Apocalipsis revelan correctamente acontecimientos de grande envergadura ya
transcurridos en la tierra. Una vez convencido el lector de ello, ya no pone en
tela de juicio la inspiración divina del libro, apreciando a la vez su tremenda
importancia y relevancia.
"Salid de ella, pueblo mío."
Esta es la advertencia y exhortación de Elohim para quienes llegan a entender
quien es la "gran Babilonia" , sinónima de la "gran ramera"
de las visiones apocalípticas. "Salid de ella, pueblo mío, para que no
seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas", de acuerdo con Apocalipsis 18:4; "Y oí otra vez del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas".
"¡SALID!" ¿Tiene usted suficiente
"conocimiento, sabiduría e inteligencia espiritual" para discernir
la verdadera identidad de la "Virgen María" de la tradición Católica
Romana? Si usted ama la verdad, entonces ¡usted es "pueblo" de Elohim! Es decir, usted es de los que Elohim busca para que le "adoren en
espíritu y en verdad" ( Juan 4:24 ). Gente recta de corazón, imparcial en
sus juicios, de raciocinio sano, y sobre todo, amante de la verdad divina tal
cual revelada en la Biblia. Pero, usted no será verdadero "pueblo" de Elohim hasta no salir de los terribles engaños de la "gran ramera".
¿Cómo salir?
-Informarse. Educarse. Mediante fuentes de información y de la propia Biblia.
-Llegando a convicción propia, renunciar el culto a la diosa madre "Virgen María", creación de la tradición Católica Romana.
-Llegando a convicción propia, renunciar el culto a la diosa madre "Virgen María", creación de la tradición Católica Romana.
-Romper las cadenas de todas las tradiciones religiosas, pues "las
tradiciones de los hombres" engañan leer en Colosenses 2:8; "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Yahshúa", invalidando el
mandamiento de Dios. Tal y como enseña Yahshúa mismo en Mateo 15:7-9 .
-Arrepentirse de sus errores y bautizarse por inmersión "para perdón de
los pecados" (Hechos 2:38 ; Romanos 6:1-7).
Tenga presente, se lo suplicamos de forma respetuosa, que a los que no reciben
"el amor de la verdad para ser salvos, Elohim les envía un poder engañoso,
para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Tesalonicenses
2:10-12). Pues, "¡salid!" Sin demorar, teniendo por más excelente y
necesario "el amor de la verdad" que cualquier otro "amor".
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