* Enrique Peña Nieto síndrome del saqueo de la nación y del fecalismo político del PRI
Por: Rey Néquiz Villalba
En extinción las bestias del priismo |
Mientras
la fenomenal corrupción en México estuvo unidad a los diferentes grupos políticos
del sistema de gobierno y medios de cohesión de la clase política en el poder exclusividad
del priísmo, mientras duró en el poder presidencial por casi 77 años, partido pol del PAN y el PRD, degradan
la vida social, política y económicamente de los mexicanos que solo observan
como el Estado tiende a descomponerse.
La
corrupción en México marcó un amasiato a los diferentes grupos del sistema
político, donde los partidos políticos se encarnizaban en una lucha por
posiciones de poder, aseguraban sus cuotas de poder directamente relacionadas con
la posibilidad de tener algún tipo de ascenso a los fondos presupuestales a fin
de enriquecerse de manera directa e ilícitamente.
Como
mensaje de identidad y como un premisa de ética, la demanda cotidiana del los
jerarcas de partidos políticos, se caracteriza por “no quiero que me des solo
te pido que me pongas donde hay”. Y tal eslogan se relacionó con la
descomposición del Estado y las instituciones que de ese poder emanaron para
sangrar la economía del pueblo mexicano.
La
corrupción más escandalosa que ha ocurrido en más de 70 años durante el poder
del PRI se dio en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el caso CONASUPO, el
control del narcotráfico desde la presidencia de la República, la venta
indiscriminada de Empresas del Estado y los nexos de su hermano con las mafias
de la droga, se perfiló como “la esencia del sistema político y donde se
percibió todos los males del sistema dominado por un solo partido político (PRI)
y la entonces hegemonía del presidente del a República.
También
este cáncer, más claro y agudo se da en el gobierno de Ernesto Zedillo, tal
enriquecimiento ilícito solo fue para un grupo privilegiado del sistema más
nefasto de la historia del país. “Y lo peor, se trató de la creación de
fortunas al amparo ya no de los recursos públicos, sino de empresas de la
nación como la petroquímica, el Fobaproa y la renegociación con intereses de la
deuda externa”.
Con
la complacencia de los dirigentes nacionales del otro Partido de la burguesía,
Acción Nacional, quien logró ascender al poder en el 2000, con el apoyo del Banco
Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en contubernio con priístas y
perredistas, impulsó durante 12 años que duró en el poder presidencial una cultura
de la corrupción como sinónimo de Estado o bien de una economía pública, lo que significa paradójicamente
que este cáncer social es parte de la vida común de los políticos mexicanos y
protegida por los institutos que se disputan el poder.
El legado del PRD |
El
sociólogo Gonzalo Santos en su ensayo de Economía Política y Memorias del
Sistema Político Mexicano, explica que los empresarios son atrapados con la
corrupción gubernamental, mucho de ellos metidos hasta el fondo en negocios
oscuros con el gobierno y regocijarse de contratos estables, concesiones,
permisos, privaciones y apertura a los recursos públicos para sanear las
finanzas de sus negocios, se caracterizó
en su máxima expresión en los gobiernos federales de los panistas Vicente Fox Quezada y Felipe
Calderón Hinojosa.
Mientras en el
Distrito Federal hoy Ciudad de México es rehén del PRD, las administraciones de Cuauhtémoc Cárdenas,
Rosario Robles Berlanga, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, fueron
de un total fracaso, los actos de corrupción estuvieron al orden del día y los
mafiosos del vicio y la prostitución gozaron de total protección, con una deuda
pública que se estima en unos 45 mil millones de pesos.
Los
políticos corruptos, la complicidad de los gobiernos federal del PAN, la frustración
del PRD y el regreso de la mafia criminal del PRI a los pinos, pactaron un
escenario “democrático” para que se repartieran el poder para controlar el erario
público, el narcotráfico y las bandas del crimen organizado, mientras millones
de mexicanos cada día se hunden más en la pobreza extrema.
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