- Profesores de la SNTE más que burros unos analfabetas
Por: R. Uriel Néquiz
¿Porqué los maestros con integridad y
conciencia ética son la grandeza de la salvación del país, mientras los
corruptos y analfabetas son la vergüenza de la patria?
Tras ésta pregunta, los profesores al
transmitir sus conocimientos a la
mayoría de los mexicanos son la guía, los responsables, el esfuerzo y los
custodios de la libertad de México, en su defecto los culpables del atraso de
los pueblos.
Ante la pérdida de esa responsabilidad de
los mentores, adheridos al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE), de ese gran espíritu, de calidad, vigor y valor de garantizar la
educación del Estado, Alfonso Rojas Pérez Palacios en su ensayo “Educar para la
Libertad” señala que “en la actualidad donde la designación del hombre y de sus
instituciones, con métodos de corrupción en todos los ámbitos de la vida
nacional, provoca la agonía no sólo de la educación pública en México sino de
la propia democracia”.
El profesor en filosofía y letras explica
“los resultados recientes que obtuvieron los maestros en un examen general de
conocimientos, es la propia avergüenza del sistema educativo que ofrece el
Estado y controlado por una mafia con siglas del SNTE, misma dirigida por una
mujer que hasta por los poros exhibe su analfabetismo”.
El resultado tan aberrante de los
encargados de impartir la educación, describe de manera sencilla y con gran
profundidad lo que el pueblo de México recibe por parte de sus educadores en
las aulas y al través de los medios de comunicación, no es una educación
científica y cultural sino una subcultura democrática entre los partidos políticos
que controla el destino de un país y condicionan lo que quieren para todo un
pueblo – tales instituciones políticas velan por sus propios intereses
personales y ambiciosos.
José Manuel Villalpando, sostiene en su
libro La filosofía de la educación: “lo que se ensaña en México no es educar
para la libertad”. Además, reconoce “que el 80 por ciento de los profesores de
México se aparentas seguir la supremacía de los sentimientos y de generar la opinión sobre la razón, sobre
la enseñanza, el juicio, la reflexión y el decir”.
Bajo su analfabetismo y mediocridad, los
maestros ligados a la mafia educacional que dirige Elba Esther Gordillo,
arrastran a la mayoría de sus alumnos a no ser razonables, porque se integran
de llenó a las campañas políticas para alcanzar algún espacio direccional de
algún plantel, mientras los niños son abandonados a su suerte”.
Los maestros son en teoría los responsables
y custodios de La Libertad y los que tiene la gran tarea de rescatar a México
de un autoritarismo repartido entre los partidos políticos, pero en realidad
son los culpables por involucrarse en sentimientos políticos, en la corrupción, crímenes, impunidad,
violencia, miseria, hambre, ignorancia y en la enfermedad que vive el pueblo de
México.
Manuel Villalpando afirma que “el
profesor no se improvisa, no se hace de pronto, requiere preparación y tiempo;
porque a la vez escuchará su consejo y sabiduría, aprenderá y asimilará con mayor celeridad la probidad moral
e intelectual de su conducta y absorberá mucho más rápido para exigir el
cumplimiento de sus derechos y a responder a sus deberes para con sus alumnos y
familiares, además para con el Estado y para su Patria”.
Y en efecto, lo que define a los pueblos
y a los hombres como una buena educación, es la calidad de su acción, el
conjunto de los hechos que representa el valor permanente de la responsabilidad
de los educadores. Así es como se debe de educar a los niños, a los
adolescentes, a los jóvenes, a las mujeres y a los hombres; impartir educación
cívica, formarlos, integrarlos, estructurales su conciencia moral e
incorporarlos a la cultura.
Precisamente, los resultados de las
investigaciones siconeurobiológicas en Europa señalan que “la conciencia del
hombre ha evolucionado, desde primitiva simple, muy pequeña, involuntaria y
automática, hasta llegar a ser conciencia reflexiva, que se encamina a sí misma
y que ve, sabe y advierte lo que ha de pasar y, por lo tanto, reacciona y
dispone lo conveniente para atender a las necesidades y circunstancias
previsibles”.
En México la conciencia de la mayoría de
la población no ha evolucionado, ya que todavía se deja arrastrar por una
subcultura de los maestros del país que se refleja en la holgazanería, la
mediocridad y su falta de profesionalismo, filosofías sofistas de la educación
que llevan al abismo al país y sus millones de habitantes.
Para Paulo Freire, en su libro La
Educación como práctica de la libertad explica “la alfabetización, y por
consiguiente toda la tarea de educar, sólo es auténticamente humanista en la
medida en que procure la integración del individuo a su realidad nacional; en
la medida en que le pierda el miedo a la libertad; en la medida en que pueda
crear en el educado un proceso de la recreación, de búsqueda, de independencia
y, a la vez, de solidaridad.”
Por lo tanto, la educación en México debe
de ser verdadera en la praxis, reflexión y acción del hombre comprometido con
el cambio, en cuyo papel es fundamental el profesor, con nuevo programa
educacional y que impulse una conciencia crítica en la sociedad.
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