lunes, 30 de julio de 2012

Con el PRI y Enrique Peña Nieto se consolida el Neoliberalismo Social en México



  • México continuará con el modelo caduco del  Neoliberalismo Social

  • Destructor de la economía mexicana, un sistema depredador de la desigualdad social  y factor que debilita a las instituciones políticas

Por: Rey Néquiz Villalba

Los efectos de la fórmula económica del Neoliberalismo impuesto por el FMI, el BM y el BIP en México, ha provocado la devastación de nuestra economía y recursos materiales, mismo modelo que impondrá como gobierno Enrique Peña Nieto.
Enrique Peña Nieto y  Carlos Salinas de Gortari
 
Hace 27 años de haberse implantado el sistema del neoliberalismo en México, sus efectos son depredadores de desigualdad social, política económica que destruye al país, a sus fuerzas productivas y que lleva a la población a los niveles de vida más bajos que implican miseria, desnutrición, insalubridad, ignorancia, analfabetismo, marginación, violencia, corrupción gubernamental, levantamientos armados (EZLN y EPR) y de la dependencia del exterior.
 
Las características de este modelo tiene sus orígenes en el Liberalismo en la Europa del siglo XVI como una denuncia en contra de la desigualdad social y del absolutismo político. Esta ideología abarca dos aspectos;  la política y la economía.
 
El liberalismo político se basa en la representatividad, el individualismo, la separación de poderes, el pluralismo y el valor de la libertad. Además, la organización política liberal estaba encabezada por el parlamento (hoy la cámara de diputados).
 
Como una forma de organización política, el liberalismo se estableció como un sistema de autoridad que protegiera la de cada uno de los miembros de la sociedad. Asimismo planteaba la división de poderes como la única manera efectiva de establecer un Estado de Derecho donde no existan violaciones a las garantías individuales de tales miembros.
Miguel de la Madrid Hurtado
 
En su ensayo sobre “Política”, Mónica Guevara Aguilar  asegura  que los estados optaron por implementar el liberalismo (político y económico) no por ser liberales sino por democráticos. Desde entonces esa doctrina funcionó  a partir del siglo XIX, los cuales son considerados como estados modernos, por lo que el liberalismo moderno a diferencia del liberalismo clásico, abraza a la democracia en una característica propia.
 
En México el proyecto de los dirigentes  del gobierno priístas hasta que entregaron el poder presidencial al PAN en el 2000, se basaron en ideas para gobernar a las que denominaron liberalismo social. Este tiene como objetivo la participación del Estado en el mercado para fomentar el bienestar de los ciudadanos.
 
El Neoliberalismo surge como una visión de la economía, la sociedad y el individuo que se oponía al estado interventor y de bienestar. La nueva política planteaba la reducción de la participación estatal para dejar en manos de las fuerzas de mercado la capacidad de distribución de recursos.
 
En México, esta tendencia comenzó a tomar impulso a partir del mandato presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado, con visión retrograda pretendió implantar un modelo diferente al liberal con la definición en nuestro país como NEOLIBERAL, se pretendió disminuir la intervención estatal para lograr un mayor dinamismo en el mercado que permitiera una eficiente distribución de la riqueza.
 
Sin embargo, la catedrática en la carrera de Ciencia Política, Mónica Guevara  estima que el resultado de este modelo se encuentra: una inestabilidad cambiaría e inflacionaria; devaluación de la moneda mexicana, altas tasas de desempleo, instauración de planes de choque diseñado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y democracia.
 
En su oportunidad en un seminario sobre liberalismo, el ideólogo del PRD, Manuel Camacho Solís apunta que el modelo anterior en nuestro país ya no es viable para crecer y para hacer posible una estabilidad básica, de la cual depende la confianza de la economía, es decir que se crearon las condiciones para su fracaso.
 
El neoliberalismo no creció porque se haya globalizado la economía, sino porque fracasaron las políticas económicas populistas que llevaron al debilitamiento del estado, porque se dio una confluencia de ideas, alianzas y preferencias electorales que hizo posible impulsar políticas conservadoras, pero que en su contenido y en su elaboración han tenido diferencias significativas, precisa Camacho Solís.
 
Consecuencias en México
 
La política económica del neoliberalismo en nuestro país promueve la destrucción masiva y consciente de la pequeña y mediana industria y de la agricultura nacional; la conducta indiscriminada al desempleo  de trabajadores, campesinos y ahora también a los pequeños propietario, empresarios, burócratas y clase media que antes tenía una mejor condición  de vivir y producir para el estado.
Ernesto Zedillo Ponce
 
En México es sinónimo de vender la petroquímica que son propiedad del “pueblo de mexicano”, solicitar préstamos de miles de millones de dólares para entregárselos a los banqueros a través del fraude del siglo denominado el fobaproa, vender las empresas del Estado a los “amigos” del capitalismo y extraviar los cheques para no ingresarlos a la Tesorería de la Federación, haber modificado la Constitución de la República para despojar nuevamente a los campesinos de sus tierras con el fin de entregarlas a los conglomerados económicos nacionales y extranjeros, sobre todo, vender los bancos a aventureros y devolverles el dinero recibido más de 24 mil millones de dólares con cargo al erario nacional.
 
Asimismo, el neoliberalismo ha dejado que consorcios privados construyeran supercarreteras y haber rescatado con dinero público la quiebra de esas mismas empresas y bancos, para consolidar un negocio redondo; de igual manera este sistema de gobierno caduco ha fomentado la reducción de los presupuestos reales dedicados a la educación en todos sus niveles y a los servicios públicos como salud y seguridad social.
 
De de igual manera, provoca una política de elevación de impuestos generalizada y de los precios de los productos y servicios que proporciona el Estado, particularmente las gasolinas, aceites y otros combustibles, las tarifas de peaje, de transportes urbanos, tarifas del metro y la supresión de abonos suficientes para quienes los necesitan.     
 
También es considerado por analistas en materia económica una política de elevación indiscriminada de tasas de interés que eliminaron la posibilidad de realizar inversiones productivas, y el neoliberalismo como combate a la inflación mediante la reducción de circulante a límites de hace 30 años, con lo cual se ha declarado a la economía “seca y en estado latente”.
 
Principio básico del neoliberalismo “privilegiar las exportaciones de todo tipo al capital norteamericano”, para eficacia se han creado las condiciones favorables que incluyen salarios bajos y acciones de protección para exportar petróleo, minerales, alimentos, pesquería, y materias primas, en ese rubro implica una reducción brutal en el consumo de la población nacional.
José López Portillo
 
Los comprometidos con el capital norteamericano, el neoliberalismo sistema que se aplica a sangre y fuego en México, el PRI y consecuentemente por aspirar al poder PRD y PAN (que entrega a la derecha la presidencia de la República), “entran al juego” para el debilitamiento de las instituciones políticas nacionales, incluso los partidos políticos, específicamente al Revolucionario Institucional al que sistemáticamente se le ha tratado de disminuir y desmembrar desde dentro del Estado mismo.
 
No obstante, el neoliberalismo busca debilitar cualquier resistencia social, política o ideológica que signifique la defensa de los intereses del país. Por ello, se pretende amortiguar a sindicatos, universidades y centros de educación superior, en todas las formas imaginables.
 
El decrépito régimen “subcapitalista” propone el debilitamiento del estado mexicano, al insinuar y lograr su reducción, su achicamiento, hasta el límite que le permita al capitalismo manejarlo  a su antojo, así como a las instituciones financieras internacionales (FMI, BM y BID).
 
Ante los efectos de la crisis que padece el país ya no puede hablarse de intereses privados mexicanos, porque en su mayoría se han vuelto dependientes o meramente representantes de las grandes negociaciones trasnacionales y lo que queda de agrupaciones empresariales verdaderamente nacionales es algo pequeño y debilitado, al tiempo que provoca la miseria de más de 40 millones de mexicanos.
 
Mientras los partidos políticos que se dicen fieles intérpretes de los intereses del “pueblo de mexicano”, se manifiestan sumidos y dependientes de las indicaciones de los norteamericanos, sin mostrar su valor patriótico y el amor a nuestra nación. Son más traidores que su misma conciencia y que su ego personal por asumir al poder presidencial, no obstante que la historia, al igual que Ordaz, Echeverría, Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y con el relevo de Enrique Peña Nieto, los calificará como vende patrias.

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