lunes, 27 de agosto de 2012

El temor, nos aleja de la presencia de Elohim


Es otra arma del diablo que utiliza para derrotar al Cristianismo

Por: Rey Néquiz Villalba

El temor es un monstruo insidioso que puede producir en el hombre  miseria, derrota, esclavitud y destrucción. Además, de que  abruma descubrir las grandes multitudes de todos los niveles sociales que viven bajo la opresión del temor.
 
Así, el temor produce crisis nerviosa, insomnio, opresión en la vida de oración y dificultad en el testimonio para Yahshúa (Nombre del Mesías en Hebreo). En este sentido el temor puede lleva al deseo no sólo de cometer suicidio sino que puede manifestarse en tacañería en sus diezmos y ofrendas para Elohim (nombre de Dios en Hebreo). En síntesis, puede definirse como la expectación de algo malo y como un espíritu demoníaco.
 
En la figura del temor que “lleva en sí castigo” (1 Juan 4:8); el temor hace que siempre  se espere lo malo en el hombre que está alejado de Elohim. En este sentido, la palabra de Elohim explica en 1 de Juan 4:8; “El que no ama, no ha conocido a Elohim, porque Dios es amor”.
¿Pero qué es el temor? El temor se ha definido como la expectación o el recelo de algún mal que lleva a la perdición. Sin el temor no podemos vivir nuestra vida natural ni nuestra vida espiritual.
 
Sin un reverente temor a Elohim, el hombre no pude ser un cristiano victorioso: “El principio de la sabiduría es el temor de Yahweh; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).
El rostro de un demonio
 
Muchos no reconocen el temor cuando pasa por prudencia, precaución, o discreción. Pero tenemos que salir al paso a esto y darnos cuenta de que en realidad son temores disfrazados por el diablo. Por eso Satanás quiere que usted tenga este espíritu diabólico de temor que espera y amplifica el mal, el fracaso, la enfermedad, el peligro, la pobreza y la precaución.
 
Satanás usará cuando sutil artificio pueda encontrar para estorbar las cosas buenas de Elohim. El temor es el mayor impedimento espiritual para que la gente pueda rendirse completamente a Elohim y gozar de una vida rica y abundante a Yahshúa. Tal y como lo dice Santiago (4:7) “Someteos, pues a Elohim; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
 
El precio del miedo y la cobardía. Una de las declaraciones más terribles que hace el Evangelio del Mesías sobre aquellos que serán condenados por la eternidad en el lago de fuego incluye a los  miedosos, perezosos, pusilánimes, medrosos y tímidos, tal y como lo señala la Biblia en Apocalipsis 21-8: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
 
Estos son días para vivir con valentía. Son días en que los hombres tiene que levantarse y declarar: “Yo y mi casa serviremos a Yahweh”.
 
La mayoría de los que viven llenos de temor (miedo y cobardía) son egocéntricos. Piensan en ellos mismos en vez de Yahshúa. Porque “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionando en el amor” (1 Juan 4:18). Cuando usted deja que el temor controle su vida,  sin echarlo fuera cae en un egoísmo y egolatría debido todo a su interés que está puesto en las necesidades de los demás, y no del Elohim verdadero.
 
Otra de las argucias de Satanás, dice David Alsobrook en su estudio Claves Biblícas para Vivir Libre del Temor: “es la preocupación que se tiene de lo que otros piensan o digan acerca de nosotros, sobre todo las críticas, en la búsqueda de recibir la honra de ellos, esto nos puede impedir que andemos en verdadera fe”.
 
La Sagrada Escritura nos enseña en Hebreos (13:5): “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; (13:6) “de manera que podemos decir confiadamente: El Adonay (En Hebreo Señor) es mi ayudador; no temeré  lo que me pueda hacer el hombre”.
 
Es importante saberlo que el temor no es de Elohim. ¿Ha aceptado usted los regalos inmundos de Satanás? Es Satanás y no Elohim quien da el temor.
 
La Biblia dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanzas, ni sombra de variación” (Santiago1:17).
 
Dios le da cosas buenas, dones perfectos. Y todo el que ha sido víctima del temor sabe muy bien que no es ni bueno ni perfecto. Si usted tiene temor es que ha aceptado el regalo de Satanás. “Porque no nos ha dado Elohim espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).
Recuerde, Elohim  le da poder, amor, y dominio propio. Satanás de da temor, debilidad, inhabilidad, resentimientos, una mente que es un sumidero de iniquidad y pensamientos impuros y dañinos.
 
Así que, rehúse los dones de Satanás. Dígale al diablo: “En el nombre de Yahshúa, Satanás, yo te mando que tomes este antiguo espíritu de temor y te vayas de mi vida”.
 
El saludo satanista del sacerdote del diablo
El diablo es siempre el autor del temor. Cada que usted esté atemorizado, es que le está dando lugar al diablo. La Biblia nos manda: “ni des lugar al diablo” (Efesios 4.27).
El diablo es un mentiroso y un cobarde, así que hágale frente valientemente, sin miedo, en el poderoso nombre de Yahshúa.
 
A los cristianos, Elohim nos manda “y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicios de perdición, más para vosotros de salvación; y esto de Elohim”. (Filipenses 1.28). Esta victoria es para usted si toma la decisión de vivir como enseña la Biblia. En las palabras de Esdras 10-4: “Levántate, porque está es tu obligación, y nosotros estaremos contigo: esfuérzate, y pon mano a la obra”.  
 
Para vivir una vida diaria de victoria en el Mesías, es necesario liberarse de todos los temores y sepa que Elohim en su justicia le hace un conquistador. Tal y como lo dice la Biblia en el Salmo 27:1; “Yahweh es mi luz y mí salvación; ¿de quién temeré? Yahweh es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (27: 2); “Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron”.
 
Vivir en la presencia de Elohim a través de la oración, alabanza, adoración y darle honra, esto nos ayudara a venir bajo la autoridad de Elohim y estar firme en contra del temor. Hermanos en el Mesías Yahshúa.  

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