El asesinato, el pillaje y el asalto, modus operandi de la policía municipal de Cuautitlán Izcalli

                                                                                                                                                

*     *  El crimen artero contra el actor, Octavio Ocaña, destapa la cloaca mafiosa de la policía que encabeza y dirige el edil, Ricardo Núñez Ayala, con bandas del crimen organizado

·      *   La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) es una fábrica de culpables, siembra evidencias y oculta escenas del crimen, para proteger sus redes criminales con la policía municipal

P   Por: Rey Néquiz Villalba 

Ricardo Núñez jefe de la mafia policiaca

    Cuautitlán Izcalli, Méx.- El cobarde asesinato del actor, Octavio Ocaña conocido como Benito Rivers,  perpetrado por la mafia criminal policiaca que tiene secuestrada a la Comisaria de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, pone al descubierto al cabecilla de los gángsters y alcalde, Ricardo Núñez Ayala quien protege a los uniformados sicarios que mantiene el terror policial entre la población.

    Vecinos entrevistados por La Corneada sostuvieron lo anterior, al mismos tiempo aseguraron “desde el inició de la administración municipal de Núñez Ayala se impulsó el síndrome del pánico contra el ciudadano, con una severa ola de inseguridad entre los habitantes que cada día fue en aumento, sobre todo, por la violencia del que hacen gala los delincuentes armados con placas y bajo una cultura de la impunidad para proteger sus actos vandálicos”.

    Los quejosos, que por obvias razones emitimos sus nombres por temor a represalias, dijeron “los policías de Cuautitlán Izcalli siguen siendo empíricos, corruptos, rudimentarios, abusivos, impreparados y asesinos, lo cual pone en riesgo nuestra vida y en peligro nuestra seguridad que cada día soplan vientos de muerte en nuestro municipio".

Escena que capta a policía disparando al actor

    “Los delitos más comunes que cometen los integrantes de la mafia policiaca municipal contra la población son de tipo patrimonial en sus modalidades de robo de vehículos, asaltos a transeúntes, comercios, trasporte público, camiones repartidores de mercancías y casas habitación; secuestros, invasión de predios, extorsión, tratante de blancas, fabricación de delitos y homicidios”, indicaron, “por lo que nos encontramos hoy con una delincuencia en aumento y con una policía absolutamente brutal que se conduce al  propio estilo del crimen organizado”.

       La corrupción de la organización policial del lugar se agudizó más con el relevó en la Comisaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal a favor de Rodrigo Hernández, José Garnica Guillen asume la Dirección de Seguridad Pública y a la Dirección de Tránsito Guadalupe Lucio Mendoza Hernández, gente incondicional  de Ricardo Núñez, comandantes que realizan el trabajo sucio y hamponil contra la población.

       En este sentido, se expresaron “los jefes policiacos desconocen las tácticas y estrategias elementales de prevención del delito, detenciones en flagrancia y respeto a los derechos humanos de las víctimas, lo que provoca que los jenízaros se desempeñan con abuso de autoridad para cometer extorsiones, robos y cometan, con el exceso de la fuerza, contra los detenidos tortura e intimidación”.

      Los discrepantes con el gobierno municipal y con los responsables de la inseguridad pública que se vive en el municipio, dijeron que “otro flagelo que vivimos a cada día es el incremento de la distribución, venta y consumo de enervantes, ilícitos que se entrelazan con los jefes policiacos y los uniformados para proteger el negocio fuera de la ley que les da otras entradas más redituable, sin embargo para los narcotraficantes si hay protección y no para la ciudadanía”.

En paz descanse Octavio Ocaña

        El fenómeno de la descomposición social en Cuautitlán Izcalli, conforme se termina la administración de Ricardo Núñez, se consolidó al conformar una estructura criminal de tipo oficial cimentada por los jefes policiacos y regenteada por grupos internos para su eficiente operación con la  protección a sus actividades fuera de la ley, precisaron.  

         Así mismo,  los métodos bárbaros e ilegales que utiliza la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), como medida para buscar a presuntos culpables de delitos criminales, no sólo exhiben sus torpezas de investigación sino que ponen al descubierto que son parte de la mafia policiaca y la sofisticación de sus redes delincuenciales con policías municipales de Cuautitlán Izcalli, tal y como lo hicieron con el actor Octavio Ocaña.

        Ambas corporaciones policiacas, la FGJEM y municipal, intentaron borrar evidencias que inculpan directamente a los jenízaros locales con el homicidio, ante la intervención inmediata de la agencia del Ministerio Público para  realizar al vapor la necropsia al cuerpo del actor, para intentar ocultar y desorientar ante la opinión pública del homicidio, al declarar que sus pesquisas arrogan que “el actor se disparó en el rostro lo que provocará su muerte”.

      Por su parte, Octavio Pérez padre el actor asesinado expresó a varios medios que "el informe de las autoridades (FGJEM) señalan que Octavio Ocaña había consumido marihuana y alcohol. Pero, en su primer informe la autoridad que le dieron a la familia había negado el hallazgo de dichas sustancias; prueba del alcohol negativo, prueba de marihuana negativo y prueba de Harrison negativo". 

     Afirmaron “el responsable directo de la actuación bárbara y delincuencial de los policías municipales, sin duda, es el jefe de la comuna, Ricardo Núñez, y la Comisión edilicia de Seguridad Pública y Tránsito integrada por María Alejandra Miranda; María Isabel Castro, Garmán González, Arturo Javier del Mornal, Joanna Alejandra Felipe y Luis Trejo, pandilla que convirtieron a la Comisaría en refugio de comandantes y policías asesinos y corruptos, mientras la población se encuentra a merced del hampa oficial y criminal”.