* El espíritu del anticristo se refleja en “todos los males que padece el hombre”, porque el propio Satanás es “padre de la mentira”.
Por eso Juan 8:32 declara: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
Por: Rey Néquiz Villalba
Ante la ignorancia, la desesperación y la falta
de fe cristina, provoca en la gente para que apueste a la hechicería, ya sea en
obtener logros de ambición personal, poder, dinero o para manipular la vida de
otras personas, aunque sea por razones “justificadas”, se entrega a través de
“ritos” al poder oculto del satanismo.
Dios habla por medio de Isaías 5:20:“Hay de los
que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo, que hace de la luz tinieblas que
ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo”. Y, lo confirma en 1 Timoteo
4:1: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios”.
Beelzebú, Señor de las Moscas |
Desde tiempos remotos, especialistas en historia
antigua afirman que “antes de la era cristiana, han existido fuerzas sobrenaturales
pertenecientes a un mundo invisible que lo denominamos espirituales”. Y, por la
revelación de Cristo que todo lo espiritual trasciende a lo material y
viceversa, además de existir un orden espiritual, donde se destacan los rangos de los demonios, en Efesios 6: 12: “Porque no
tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Contrario a lo que propone Cristo en su
evangelio (paz, gozo, seguridad, rectitud, dominio propio, amor, fidelidad, rectitud,
humildad y respeto) el espíritu del Anticristo, el pastor en el prólogo del
libro “El espíritu del anticristo”, Pablo Lago asegura “produce en sí mismo soberbia, mentira,
inseguridad, ignorancia y opera en la mente y el corazón donde planifica todas
sus operaciones de destrucción y muerte, y una de las de mayor éxito en el
lenguaje ocultista que tiene que ver con duendes, hechizos, magos, brujas,
maldiciones, adivinaciones, trabajos de
brujería, muertos, espirituales demoníacos, fantasmas, médium, astrología,
talismanes y formas mágicas de la suerte”.
De tal manera, Satanás engaña a las personas
para que entren a las prácticas ocultas, el poder que ejerce se manifiesta en
diversos aspectos por medio de sus adivinos, hechiceros, espiritistas, masones,
brujos (a), así como la magia negra, blanca y roja, fenómenos psíquicos e
idolatría, que aparentemente ofrece soluciones fáciles a los problemas o anhelos
de la gente.
Las personas no se dan cuenta, al involucrarse
en cualquier área del ocultismo, le dan derechos legales a Satanás, para
destruirles física, moral y espiritualmente, porque su práctica es demoníaca no
sólo ata a la que lo ejerce, sino que quedan atadas a sus generaciones
subsiguientes.
En su libro de “Cómo reconocer y romper una
maldición familiar”, Gloria Richards asegura “la adoración a Satanás por medio
del ocultismo, se convierte en una maldición que recae sobre la persona directamente
involucrada y tales males los heredan las generaciones futuras que provoca la
esclavitud a esa familia”. Porque, considera que “todo beneficios que se obtenga
a través de lo oculto, se convierte en maldición”.
El “demonio” mayor de la brujería
Después del diluvio, Noé y sus tres hijos, Sem,
Cam y Jafet empezaron a poblar la tierra. Y Cam engendró a Cus, quien ayudó a
desarrollar “la grana conspiración –planes paran gobernar al mundo -. Cus
empujó la construcción de una torre que llegaría al cielo, Torre de Babel, era
fácil. “Todos hablaban el mismo idioma, pero Dios confundió su lenguaje, paró
la construcción de la torre, nadie se podía entender, para que el pueblo se
dispersara hasta llegar a una llanura de la tierra de Shiar, entre los ríos
Tigres y Eufrates, para conformar la Gran Babilonia. La Sagrada Escritura, la
Biblia lo señala en libro de “Génesis”.
En Génesis 10; 8 se nos explica “y Cus engendró
a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra”, además en el
versículo 9 se confirma que “este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por
lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová”. Y en el versículo 10 la Biblia establece “y fue
el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar”.
Este fue tan poderoso cazador de bestias
salvajes, se volvió poderoso entre la gente y logró ser un líder famoso en esa
tierra llamada Babilonia, hasta convertirse en Rey”. La escritura señala “era
un poderoso” gobernante, político y religioso, fue tirano y perversamente
rebelde, además de incitar a la gente para que se revelara en contra de Dios.
El evangelista, Ralph Woodrow en su libro
“Babilonia, misterio religioso; antiguo y moderno, asegura “pero no solamente
estaba Nimrod contra el verdadero Dios, sino que también era un sacerdote de
idolatría diabólica y de atrocidades de la peor clase”. También, era un brujo,
tras su dirección, la astrología se desarrolló y sentó las bases de la magia
negra y blanca.
A la muerte de Nimrod, su esposa, la reina
Semiramis, lo proclamo como el dios-Solar. La mujer adultera e idólatra dio a luz
a un hijo ilegitimo, aclomó que su hijo, Tamuz no era más que el mismo Nimrod
renacido, utilizados por Satanás para producir una falsa religión que aprobó
hasta la fecha la idolatría por medio de símbolos solares, peces, árboles,
columnas y animales con ritos satánicos.
Los historiadores como Herodoto calificaron a La
Babilonia como la madre precursora de las falsas religiones e idolatría que se
desparramaron por toda la tierra y en todas las naciones. Asimismo, Ralph
Woodrow sostiene que “al convertirse Roma en un imperio mundial adoptó dentro
de su sistema religioso al de Babilonia, los dioses y el paganismo idéntico”. Y
para conservar el poder los romanos con su religión –diabólica- se mezcló con
la Iglesia Católica Romana, con el objetivo de ocultar el rostro de Satanás.
Algunos
demonios de la brujería
De acuerdo al organigrama que presenta Rita
Cabezas en su libro “Lucha contra principados demoníacos”; Satanás es
considerado como el Rey de las tinieblas y sus principados conocidos como
falsos dioses se encuentra Bremaus, Krucitas, Astarot, Tremus, Diana, Dagón,
Nimrod, Dragón y Siria, entre sus gobernadores controlados por Leviatan y Diana
aparecen Damián, Asmodeo, Beelzebú, Arios, Menguelesh y Nosferata.
Benedicto XVI, con símbolo Satánico |
Rita Cabezas afirma que “Nimrod, el espíritu, es
un ángel caído, de un gran guerrero. Está a cargo de todos los ejércitos de
Satanás y que actualmente está en el segundo cielo, el demonio mayor de la
brujería. En esta época no es adorado sobre la tierra porque está dedicado a
preparar las huestes satánicas para el Armagedón”.
Por cierto, ¿quién es Beelzebú y cuál es su
función satánica? Este hombre, obviamente derivado de Baal-zebud, dios de Ecrón
(Reyes 1:2), se menciona en Mateo 10: 25, 12:24 y Lucas 11:15. Por su parte,
los teólogos normalmente has supuesto que Beelzebú es Satanás. Sin embargo, no
es eso lo que dice la Biblia, ésta afirma que él es el príncipe de los
demonios, en otras palabras, un demonio de alto rango en la posición de
autoridad sobre otros demonios.
Su área de influencia que el mismo Beelzebú
reporta engaño, falsificación de los dones espirituales del Espíritu Santo,
falsa doctrina, idolatría, adivinación, brujería, condenación, satanismo, dones
falsos de hechicería, herejía, control mental, oscuro mundo espiritual,
parasicología, clarividencia, idolatría, tradición y religiosidad.
Entre las más terribles aplicaciones de las
ciencias ocultas están las que se usan para controlar, dominar o dañar a otras
personas. El brujo, hechicero, mago, encantador o sortílego pueden hacer esto
porque tiene la ayuda de los demonios que controla Beelzebú. Ellos “embrujan”,
“dañan” o “ponen un mal” si les pagan para ello. El vudú se vale de muñecos y
alfileres, otros emplean fotos, ropa y diversos medios para dominar y destruir.
Las diferentes magias son satánicas y por lo tanto aborrecibles. Dios dice que
Él las aborrece.
Tal y como lo señala la Sagrada Biblia en
Deuteronomio capítulo 18, versículo 10 al 12: “No sea hallado en ti quien haga
pasar a su hijo o a su hija por el fuego (práctica pagana de quemar niños en
sacrificio a sus ídolos), ni quien practique adivinación, ni agorero, ni
sortílego, ni hechicero, (11) ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien
consulte a los muertos, (12) porque es abominación para con Jehová cualquiera
que hace estas cosas , y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas
naciones de delante de ti”.
Jehová reprueba la brujería en
el antiguo Testamento
Existe un ser antagónico a
Dios, el diablo, Satanás, el ángel del mal, vive tratando de engañar al hombre
y evita que tenga comunión con Dios. El enemigo de Dios es considerado un demonio inteligente y
zagas, y junto con sus ángeles diabólicos procuran expresarse por intermedio
del hombre, para que éste se aleje del Señor Dios. Pero, sobre todo, procura
Satanás desacreditar, esconder y torcer la verdad de Jehová a través de religiones y sectas falsas, todas ellas basadas en pensamientos y
filosofías humanas, que practican la adivinación, la esoteria, el espiritismo y
la brujería.
La Santa Biblia es muy
clara y contundente al respecto y lo afirma en Deuteronomio 18:9:“Cuando entres
a la tierra que Jehová tu Dios te da, no
aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones (Babilonia,
Egipto y Grecia), (13); “perfecto serás delante de Jehová tu Dios; y (14) porque
estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; pero a ti no te
ha permitido esto Jehová tu Dios”.
De tal manera, la adivinación, ocultismo, esoteria
y brujería constituyen un acto
abominable para el Señor, y representa un culto de “adoración” al príncipe de
las tinieblas, Satanás el enemigo del verdadero plan de Dios. A lo largo de la Santa
Biblia, Dios lo confirma en repetidas ocasiones que los pronósticos
de los adivinos son engañosos y que, por tanto, no debemos confiar en ellos.
Asimismo, el profeta Jeremías
(29:8-9) lo advirtió pero no le hicieron caso: “Porque así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas
que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni atendáis caso de los sueños
que soñáis”. Y sobre todo, (9) nos dice: “Porque falsamente os profetizan ellos
en mi nombre, no los envié, ha dicho Jehová”.
Igualmente, en otro pasaje asegura Jeremías (27:9);
“y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a
vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os
hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia”. El profeta Jeremías lo
asegura en el versículo 10: “Porque ellos os profetizan mentira, para haceros
alejar de vuestra tierra y para que yo os arroje y perezcáis”.
Hoy es muy frecuente ver gente que acude a
curanderos, espiritistas, adivinos y santones que ofrecen algún objeto mágico
para quitarles la mala suerte, el mal de ojo o para lograr el amor. Respecto a esto ¿qué dice la Palabra? En Ezequiel
(13:18); “y di: Así ha dicho Jehová, el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas
mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda
edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para
mantener así vuestra propia vida?
¿Y habéis de profanarme en medio de mi pueblo
por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las personas que no deben
morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo
que escucha la mentira?” (Ezequiel 13:19). El Señor Jehová nos explica que ni hechizos, ni rituales, ni talismanes y
menos supersticiones deben de practicarse porque es abominación.
Para Dios la adivinación es pecado: “Porque como
pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.
Por cuanto tú rechazaste la palabra de Jehová, él también te ha rechazado para
que no seas rey” (1Samuel 15:23). Este pecado hacer enojar a
Dios al decir en 2 Crónicas 33:6; “y pasó sus hijos por fuego en el valle del
hijo de Hinom, y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a
adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo
malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira”.
De manera enfática y con advertencia ordena que “no os volváis a los encantadores ni a los
adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová, vuestro Dios” (Levítico 19:31). La
brujería es grave y hereditario pecado ante los ojos de Jehová, donde despierta
la ira del Señor, y Él mismo nos ordena evitarlos, porque contamina con sus
malas artes y su práctica hasta llegar a la pena de muerte.
La pregunta más que obligada es ¿castiga Dios la
adivinación y la brujería? La respuesta es
sí. Y de hecho en el antiguo
pueblo de Jehová, Dios de Israel, tales prácticas estaban penadas con la
muerte, tales ordenes son confirmadas en Éxodo 22:18: “A la hechicera no la
dejarás que viva”. Y en Levítico 20:27, Dios lo recalca bien explícito al
confirmar: “Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se
entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados, su sangre será sobre
ellos”.
Tales prácticas son horrendas, perversas y
diabólicas, y Dios las castiga con mano
de hierro, el ejemplo más evidente se da con Saúl, primer rey de Israel, éste
busca a las huestes de Satanás a través de la adivina de Endor para consultar a
los espíritus de los muertos, aún el saber que desobedeció las órdenes de
Jehová, decide desposeerlo del reino y es entregado a los filisteos.
El
hijo de Dios, Jesucristo lo confirma en el Nuevo Testamento
Con la llegad del hijo de Dios a la tierra,
Cristo dio a conocer su evangelio de salvación, honra, alabanza, adoración y
oración a su Dios y padre de los Cielos. Satanás se la quiere robar con la
práctica del ocultismo diabólico y la creación de la iglesia Católica,
Apostólica y Romana, institución que fomenta la idolatría, la brujería y la
perversidad religiosa.
Con éste sistema religioso, “la iglesia de
Satanás ya estaba andando. Lo que se le atravesaba era destruido, desde
entonces el catolicismo era una mezcla de brujería, juadismo, paganismo y suficiente
cristianismo pervertido para que apareciera respetable”.
Astaroth, El Gran Duque del Infierno |
El Dr. Alberto Rivera, en su ensayo titulado “La
Fuerza” sostiene “mientras Cristo edificaba su Iglesia para llevarse a sus
seguidores al cielo, Satanás preparaba una iglesia falsa para llevarse a sus
seguidores al infierno”. De igual manera, explica “el nombre que Satanás
utilizó para crear este monstruo religioso fue el emperador romano Constantino,
éste se convirtió en el primer Papa, y fue quien fundó el paganismo con una
perversión del cristianismo. Lo hizo, y así surgió el catolicismo romano”.
Por su parte, Jorge Ovando en su libro “las
Formas del ocultismo” explica que “hubo hombres ambiciosos y sin escrúpulos que
empezaron a buscar posiciones en la Iglesia pagana para obtener influencia social
y política, o para gozar de privilegios y del sostén que el Estado proveía para
el clero. De esa manera, las formas, los ritos, las ceremonias y las creencias
del paganismo se iban infiltrando en la Iglesia Cristiana. Ya se había iniciado
una larga historia de asociaciones con otras religiones que apostaría a la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana, para apartarse del camino verdadero del
evangelio de Cristo”.
Por medio del evangelio de Juan 8:44, Dios es
bien claro sobre la gente que práctica el ocultismo, los califica “vosotros
sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.
Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
mentiroso, y padre de la mentira”, con la ejercicio de la brujería aleja a la
gente de la comunión con Dios.
Y Cristo lo llama a Satanás padre de la mentira,
quien planea engañar a la humanidad con la práctica de la brujería y de la
religión falsa que profesa la Iglesia Católica, para que la humanidad se
corrompa en el pecado y se vaya directo al infierno. Por eso, “con gran
potencia del ocultismo, señala y hace milagros mentirosos, con la finalidad de
atrapar en sus garras a la humanidad que tuerce su mirada a las prácticas
satánicas”.
En el libro “El espíritu del anticristo”, su
autor Miguel Ángel Kircos asegura que “el espíritu del anticristo no está sólo,
tiene una legión a su servicio, éstos son malos que conocemos como demonios”.
Además, afirma “operan según las órdenes de sus superiores y tienen la
capacidad de andar por el mundo, influyendo en las personas y aún entrar en
ellas”.
Explica que los ataques lanzados por Satanás y
sus huestes son realizados con sus armas de la mentira, la falsedad y la
obsesión, son armas que utilizan con mayor presión y frecuencia, porque el
diablo tiene poder y se disfraza como “ángel de luz”. Pero la Santa Biblia lo
exhibe en Juan 10:10: como “El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir; yo (el hijo de Dios) he venido para
que tengan vida, (por medio del evangelio de Cristo) y para que la tengan en
abundancia”.
Después que Jesucristo se levantó de entre los
muertos, regresó al cielo. Como había prometido, el Espíritu Santo vino a
llenar a los que creen en Cristo (Juan 14, 16 y 17). Esto le dio poder de lo
alto para estar firme contra la fuerza del mal y predicar las Buenas Nuevas de
que Cristo murió por nuestros pecados y librarnos de las garras de Satanás.
Los humanos que ejercen el ocultismo y adoración
a Satanás, a través de la brujería, son firmes candidatos a quemarse en el
infierno si no se arrepienten de sus fechorías, tal y como confirma La Sagrada Escritura en Apocalipsis 21:8:“Pero
los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y
hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
Así, los santos y los justos podrán entrar en el
Reino de los Cielos; “más los perros estarán afuera, y los hechiceros, los
fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo aquel que ama y hace mentira”
(Apocalipsis 22:15). Confirmado que los adivinos no serán salvados de la quema
y del infierno.
Satanás, El Ángel Caído |
También es tan claro en Gálatas 5:19:“Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, (versículo 20) idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, -y hasta- (21)
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca
de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican
tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
Existen más ejemplos en la Sagrada Escritura de
cómo la gente utiliza la adivinación y lo encontramos también en Hechos 16:16;
“aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una
muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus
amos, adivinando”. (17) “Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces,
diciendo: Estos hombres son siervos de Dios Altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación”.
La manifestación de poder del hijo amado de
Dios, Jesucristo, es evidente en Hechos 16:18; “y esto lo hacía por muchos
días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en
el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella hora”. El poder
de Dios es impresionante y lo tiene para expulsar demonios que controlan el
cuerpo y la mente de las personas, y liberarlas del poder diabólico cómo lo
hizo Pablo con una muchacha del espíritu de adivinación que moraba en el
interior de ella.
En Hechos 19: 18, la Sagrada Biblia nos habla
del verdadero poder de Dios, al señalar que “asimismo muchos de los que habían
practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos: y
hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.” De tal forma, “así crecía y
prevalecía poderosamente la palabra de Dios”, Hechos 19:20.
La Adivinación proviene del diablo, Dios
aborrece la magia, la hechicería, la brujería, el espiritismo, la adivinación,
la astrología, el horóscopo, el tarot, la quiromancia, el esoterismo, el
ocultismo y otras prácticas similares porque los aparta de la luz del Señor y
los acerca a las tinieblas de Satán.
Consecuencias que arroja la práctica del
ocultismo y adorar a Satanás; maldición familiar hasta la quinta generación,
desórdenes físicos, mentales y emocionales, severos problemas familiares,
pobreza, tendencia a sufrir accidentes, una historia familiar de muertes
prematuras, diferencias conyugales y una irreparable muerte espiritual.
Recuerda que los métodos que utiliza en estos
tiempos Satanás para infiltrar su ponzoña se observan en los materiales
pedagógicos de primaria y de instrucción media superior, donde existe todo un
lenguaje ocultista que tiene que ver con duendes, hechizos, magos, brujas,
maldiciones, trabajos, espíritus oscuros, fantasmas, médium, astrología,
talismanes y fórmulas mágicas de la suerte. Este tipo de lenguaje ocultista es
reforzado en libros, en medios de comunicación televisiva, radio, revistas,
periódicos y por internet, sin descuidar que surgen como enjambres consultorios
y pequeñas tiendas con la venta de amuletos, talismanes, fetiches y veladores
utilizados en el oscurantismo.
El ocultismo no sólo rebasó a la doctrina de la
Iglesia Católica, Apostólica y Romana y a sectas sino que ya es parte esencial
de los institutos políticos y sus respectivos protagonistas, para buscar la
ayuda del príncipe de las tinieblas, hasta el momento dueño del mundo, para
deshacerse de sus enemigos y buscar el poder que tanto anhelan.
Tal y como lo buscan por medio de fuerzas
demoníacas les ayuden –los políticos, empresario, gobernantes, comerciantes,
integrantes del crimen organizado y varios sectores de la sociedad -, para
conservar “poder efímero” recurren a las fuerzas oscuras de Satanás. También utilizan
el ocultismo hoy conocido con otro nombre la esoteria, acuden a los
clarividentes para tratar de conocer el futuro o los movimientos de sus
enemigos. Eso demuestra la decadencia espiritual en que se halla el mundo
entero.
El ocultismo desde cualquiera de sus
características enseña la necesidad de traer un amuleto en forma de anillo,
joya u otro artículo suntuario. Supuestamente el amuleto “protege” y las
veladoras “preparadas” dan confianza a las que las usa. Desde el momento en que
uno pierde su confianza en Yavé, en Jesús y en el Espíritu Santo para poner su
confianza en otra cosa, está ofendiendo a Dios. En síntesis el rito a Satanás
es pecado que lleva al hombre a la muerte y directo al infierno.
Sin embargo, Jehová desea que toda nuestra fe y
confianza descansen solamente en Él, y en nadie más (Jeremías 17:5-8); y que
los adivinos no son de fiar porque mienten (Jeremías 29:8-9) y que el Espíritu
Santo entrega el poder de profecía (1 Corintios 12:10).
Existe un salvador llamado Cristo, el verdadero
hijo de Dios, que te ama y quiere darte vida, a pesar de que existe “un ladrón
llamado Satanás que hurta, mata y destruye, lo único que desea es darte muerte
y que lo hace astutamente sin darte cuenta a través de la práctica del
ocultismo”. Recuerda que Cristo te ama y te llama, ven a él, búscalo para que
seas libre de las ataduras de demonios.
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