domingo, 6 de enero de 2013

La práctica del ocultismo, esoteria, adivinación y brujería es un culto satánico al príncipe de las tinieblas


* El espíritu del anticristo se refleja en “todos los males que padece el hombre”, porque el propio Satanás es “padre de la mentira”.

Por eso Juan 8:32 declara: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

Por: Rey Néquiz Villalba
 
Ante la ignorancia, la desesperación y la falta de fe cristina, provoca en la gente para que apueste a la hechicería, ya sea en obtener logros de ambición personal, poder, dinero o para manipular la vida de otras personas, aunque sea por razones “justificadas”, se entrega a través de “ritos” al poder oculto del satanismo.
 
Dios habla por medio de Isaías 5:20:“Hay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo, que hace de la luz tinieblas que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo”. Y, lo confirma en 1 Timoteo 4:1: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”.
Beelzebú, Señor de las Moscas
 
Desde tiempos remotos, especialistas en historia antigua afirman que “antes de la era cristiana, han existido fuerzas sobrenaturales pertenecientes a un mundo invisible que lo denominamos espirituales”. Y, por la revelación de Cristo que todo lo espiritual trasciende a lo material y viceversa, además de existir un orden espiritual, donde se destacan los rangos  de los demonios, en Efesios 6: 12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
 
Contrario a lo que propone Cristo en su evangelio (paz, gozo, seguridad, rectitud,  dominio propio, amor, fidelidad, rectitud, humildad y respeto) el espíritu del Anticristo, el pastor en el prólogo del libro “El espíritu del anticristo”,  Pablo Lago asegura  “produce en sí mismo soberbia, mentira, inseguridad, ignorancia y opera en la mente y el corazón donde planifica todas sus operaciones de destrucción y muerte, y una de las de mayor éxito en el lenguaje ocultista que tiene que ver con duendes, hechizos, magos, brujas, maldiciones,  adivinaciones, trabajos de brujería, muertos, espirituales demoníacos, fantasmas, médium, astrología, talismanes y formas mágicas de la suerte”.
 
De tal manera, Satanás engaña a las personas para que entren a las prácticas ocultas, el poder que ejerce se manifiesta en diversos aspectos por medio de sus adivinos, hechiceros, espiritistas, masones, brujos (a), así como la magia negra, blanca y roja, fenómenos psíquicos e idolatría, que aparentemente ofrece soluciones fáciles a los problemas o anhelos de la gente.
Las personas no se dan cuenta, al involucrarse en cualquier área del ocultismo, le dan derechos legales a Satanás, para destruirles física, moral y espiritualmente, porque su práctica es demoníaca no sólo ata a la que lo ejerce, sino que quedan atadas a sus generaciones subsiguientes.
 
En su libro de “Cómo reconocer y romper una maldición familiar”, Gloria Richards asegura “la adoración a Satanás por medio del ocultismo, se convierte en una maldición que recae sobre la persona directamente involucrada y tales males los heredan las generaciones futuras que provoca la esclavitud a esa familia”. Porque, considera que “todo beneficios que se obtenga a través de lo oculto, se convierte en maldición”.
 
El “demonio” mayor de la brujería
 
Después del diluvio, Noé y sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet empezaron a poblar la tierra. Y Cam engendró a Cus, quien ayudó a desarrollar “la grana conspiración –planes paran gobernar al mundo -. Cus empujó la construcción de una torre que llegaría al cielo, Torre de Babel, era fácil. “Todos hablaban el mismo idioma, pero Dios confundió su lenguaje, paró la construcción de la torre, nadie se podía entender, para que el pueblo se dispersara hasta llegar a una llanura de la tierra de Shiar, entre los ríos Tigres y Eufrates, para conformar la Gran Babilonia. La Sagrada Escritura, la Biblia lo señala en libro de “Génesis”.
 
En Génesis 10; 8 se nos explica “y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra”, además en el versículo 9 se confirma que “este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová”. Y  en el versículo 10 la Biblia establece “y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar”.
 
Este fue tan poderoso cazador de bestias salvajes, se volvió poderoso entre la gente y logró ser un líder famoso en esa tierra llamada Babilonia, hasta convertirse en Rey”. La escritura señala “era un poderoso” gobernante, político y religioso, fue tirano y perversamente rebelde, además de incitar a la gente para que se revelara en contra de Dios.
 
El evangelista, Ralph Woodrow en su libro “Babilonia, misterio religioso; antiguo y moderno, asegura “pero no solamente estaba Nimrod contra el verdadero Dios, sino que también era un sacerdote de idolatría diabólica y de atrocidades de la peor clase”. También, era un brujo, tras su dirección, la astrología se desarrolló y sentó las bases de la magia negra y blanca.
 
A la muerte de Nimrod, su esposa, la reina Semiramis, lo proclamo como el dios-Solar. La mujer adultera e idólatra dio a luz a un hijo ilegitimo, aclomó que su hijo, Tamuz no era más que el mismo Nimrod renacido, utilizados por Satanás para producir una falsa religión que aprobó hasta la fecha la idolatría por medio de símbolos solares, peces, árboles, columnas y animales con ritos satánicos.
 
Los historiadores como Herodoto calificaron a La Babilonia como la madre precursora de las falsas religiones e idolatría que se desparramaron por toda la tierra y en todas las naciones. Asimismo, Ralph Woodrow sostiene que “al convertirse Roma en un imperio mundial adoptó dentro de su sistema religioso al de Babilonia, los dioses y el paganismo idéntico”. Y para conservar el poder los romanos con su religión –diabólica- se mezcló con la Iglesia Católica Romana, con el objetivo de ocultar el rostro de Satanás.
 
Algunos demonios de la brujería
 
De acuerdo al organigrama que presenta Rita Cabezas en su libro “Lucha contra principados demoníacos”; Satanás es considerado como el Rey de las tinieblas y sus principados conocidos como falsos dioses se encuentra Bremaus, Krucitas, Astarot, Tremus, Diana, Dagón, Nimrod, Dragón y Siria, entre sus gobernadores controlados por Leviatan y Diana aparecen Damián, Asmodeo, Beelzebú, Arios, Menguelesh y Nosferata.

Benedicto XVI, con símbolo Satánico

Rita Cabezas afirma que “Nimrod, el espíritu, es un ángel caído, de un gran guerrero. Está a cargo de todos los ejércitos de Satanás y que actualmente está en el segundo cielo, el demonio mayor de la brujería. En esta época no es adorado sobre la tierra porque está dedicado a preparar las huestes satánicas para el Armagedón”.
 
Por cierto, ¿quién es Beelzebú y cuál es su función satánica? Este hombre, obviamente derivado de Baal-zebud, dios de Ecrón (Reyes 1:2), se menciona en Mateo 10: 25, 12:24 y Lucas 11:15. Por su parte, los teólogos normalmente has supuesto que Beelzebú es Satanás. Sin embargo, no es eso lo que dice la Biblia, ésta afirma que él es el príncipe de los demonios, en otras palabras, un demonio de alto rango en la posición de autoridad sobre otros demonios.
 
Su área de influencia que el mismo Beelzebú reporta engaño, falsificación de los dones espirituales del Espíritu Santo, falsa doctrina, idolatría, adivinación, brujería, condenación, satanismo, dones falsos de hechicería, herejía, control mental, oscuro mundo espiritual, parasicología, clarividencia, idolatría, tradición y religiosidad.
 
Entre las más terribles aplicaciones de las ciencias ocultas están las que se usan para controlar, dominar o dañar a otras personas. El brujo, hechicero, mago, encantador o sortílego pueden hacer esto porque tiene la ayuda de los demonios que controla Beelzebú. Ellos “embrujan”, “dañan” o “ponen un mal” si les pagan para ello. El vudú se vale de muñecos y alfileres, otros emplean fotos, ropa y diversos medios para dominar y destruir. Las diferentes magias son satánicas y por lo tanto aborrecibles. Dios dice que Él las aborrece.
 
Tal y como lo señala la Sagrada Biblia en Deuteronomio capítulo 18, versículo 10 al 12: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego (práctica pagana de quemar niños en sacrificio a sus ídolos), ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, (11) ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos, (12) porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas , y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”.
 
Jehová reprueba la brujería en el antiguo Testamento
 
Existe un ser antagónico a Dios, el diablo, Satanás, el ángel del mal, vive tratando de engañar al hombre y evita que tenga comunión con Dios. El enemigo de Dios es considerado un demonio inteligente y zagas, y junto con sus ángeles diabólicos procuran expresarse por intermedio del hombre, para que éste se aleje del Señor Dios. Pero, sobre todo, procura Satanás desacreditar, esconder y torcer la verdad de Jehová a través de religiones y sectas falsas, todas ellas basadas en pensamientos y filosofías humanas, que practican la adivinación, la esoteria, el espiritismo y la brujería.
 
La Santa Biblia es muy clara y contundente al respecto y lo afirma en Deuteronomio 18:9:“Cuando entres a la tierra que Jehová  tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones (Babilonia, Egipto y Grecia), (13); “perfecto serás delante de Jehová tu Dios; y (14) porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; pero a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios”.
 
De tal manera, la adivinación, ocultismo, esoteria y brujería  constituyen un acto abominable para el Señor, y representa un culto de “adoración” al príncipe de las tinieblas, Satanás el enemigo del verdadero plan de Dios. A lo largo de la Santa Biblia, Dios lo confirma en repetidas ocasiones que los pronósticos de los adivinos son engañosos y que, por tanto, no debemos confiar en ellos.
 
Asimismo, el profeta Jeremías (29:8-9) lo advirtió pero no le hicieron caso: “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni atendáis caso de los sueños que soñáis”. Y sobre todo, (9) nos dice: “Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre, no los envié, ha dicho Jehová”.
Igualmente, en otro pasaje asegura Jeremías (27:9); “y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia”. El profeta Jeremías lo asegura en el versículo 10: “Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra y para que yo os arroje y perezcáis”.
 
Hoy es muy frecuente ver gente que acude a curanderos, espiritistas, adivinos y santones que ofrecen algún objeto mágico para quitarles la mala suerte, el mal de ojo o para lograr el amor.  Respecto a esto ¿qué dice la Palabra? En Ezequiel (13:18); “y di: Así ha dicho Jehová, el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? 
 
¿Y habéis de profanarme en medio de mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?” (Ezequiel 13:19). El Señor Jehová nos explica que  ni hechizos, ni rituales, ni talismanes y menos supersticiones deben de practicarse porque es abominación.
 
Para Dios la adivinación es pecado: “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú rechazaste la palabra de Jehová, él también te ha rechazado para que no seas rey” (1Samuel 15:23). Este pecado hacer enojar a Dios al decir en 2 Crónicas 33:6; “y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom, y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira”.
 
De manera enfática y con advertencia ordena que  “no os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo  Jehová, vuestro Dios” (Levítico 19:31). La brujería es grave y hereditario pecado ante los ojos de Jehová, donde despierta la ira del Señor, y Él mismo nos ordena evitarlos, porque contamina con sus malas artes y su práctica hasta llegar a la pena de muerte.
 
La pregunta más que obligada es ¿castiga Dios la adivinación y la brujería? La respuesta es  sí. Y  de hecho en el antiguo pueblo de Jehová, Dios de Israel, tales prácticas estaban penadas con la muerte, tales ordenes son confirmadas en Éxodo 22:18: “A la hechicera no la dejarás que viva”. Y en Levítico 20:27, Dios lo recalca bien explícito al confirmar: “Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados, su sangre será sobre ellos”.
 
Tales prácticas son horrendas, perversas y diabólicas,  y Dios las castiga con mano de hierro, el ejemplo más evidente se da con Saúl, primer rey de Israel, éste busca a las huestes de Satanás a través de la adivina de Endor para consultar a los espíritus de los muertos, aún el saber que desobedeció las órdenes de Jehová, decide desposeerlo del reino y es entregado a los filisteos.  
 
El hijo de Dios, Jesucristo lo confirma en el Nuevo Testamento
 
Con la llegad del hijo de Dios a la tierra, Cristo dio a conocer su evangelio de salvación, honra, alabanza, adoración y oración a su Dios y padre de los Cielos. Satanás se la quiere robar con la práctica del ocultismo diabólico y la creación de la iglesia Católica, Apostólica y Romana, institución que fomenta la idolatría, la brujería y la perversidad religiosa.
Con éste sistema religioso, “la iglesia de Satanás ya estaba andando. Lo que se le atravesaba era destruido, desde entonces el catolicismo era una mezcla de brujería, juadismo, paganismo y suficiente cristianismo pervertido para que apareciera respetable”.  
Astaroth, El Gran Duque del Infierno
 
El Dr. Alberto Rivera, en su ensayo titulado “La Fuerza” sostiene “mientras Cristo edificaba su Iglesia para llevarse a sus seguidores al cielo, Satanás preparaba una iglesia falsa para llevarse a sus seguidores al infierno”. De igual manera, explica “el nombre que Satanás utilizó para crear este monstruo religioso fue el emperador romano Constantino, éste se convirtió en el primer Papa, y fue quien fundó el paganismo con una perversión del cristianismo. Lo hizo, y así surgió el catolicismo romano”. 
 
Por su parte, Jorge Ovando en su libro “las Formas del ocultismo” explica que “hubo hombres ambiciosos y sin escrúpulos que empezaron a buscar posiciones en la Iglesia pagana para obtener influencia social y política, o para gozar de privilegios y del sostén que el Estado proveía para el clero. De esa manera, las formas, los ritos, las ceremonias y las creencias del paganismo se iban infiltrando en la Iglesia Cristiana. Ya se había iniciado una larga historia de asociaciones con otras religiones que apostaría a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, para apartarse del camino verdadero del evangelio de Cristo”.
 
Por medio del evangelio de Juan 8:44, Dios es bien claro sobre la gente que práctica el ocultismo, los califica “vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de la mentira”, con la ejercicio de la brujería aleja a la gente de la comunión con Dios.
 
Y Cristo lo llama a Satanás padre de la mentira, quien planea engañar a la humanidad con la práctica de la brujería y de la religión falsa que profesa la Iglesia Católica, para que la humanidad se corrompa en el pecado y se vaya directo al infierno. Por eso, “con gran potencia del ocultismo, señala y hace milagros mentirosos, con la finalidad de atrapar en sus garras a la humanidad que tuerce su mirada a las prácticas satánicas”.
 
En el libro “El espíritu del anticristo”, su autor Miguel Ángel Kircos asegura que “el espíritu del anticristo no está sólo, tiene una legión a su servicio, éstos son malos que conocemos como demonios”. Además, afirma “operan según las órdenes de sus superiores y tienen la capacidad de andar por el mundo, influyendo en las personas y aún entrar en ellas”.
 
Explica que los ataques lanzados por Satanás y sus huestes son realizados con sus armas de la mentira, la falsedad y la obsesión, son armas que utilizan con mayor presión y frecuencia, porque el diablo tiene poder y se disfraza como “ángel de luz”. Pero la Santa Biblia lo exhibe  en Juan 10:10: como “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo (el hijo de Dios) he venido para que tengan vida, (por medio del evangelio de Cristo) y para que la tengan en abundancia”.
 
Después que Jesucristo se levantó de entre los muertos, regresó al cielo. Como había prometido, el Espíritu Santo vino a llenar a los que creen en Cristo (Juan 14, 16 y 17). Esto le dio poder de lo alto para estar firme contra la fuerza del mal y predicar las Buenas Nuevas de que Cristo murió por nuestros pecados y librarnos de las garras de Satanás.
 
Los humanos que ejercen el ocultismo y adoración a Satanás, a través de la brujería, son firmes candidatos a quemarse en el infierno si no se arrepienten de sus fechorías, tal y como confirma  La Sagrada Escritura en Apocalipsis 21:8:“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
 
Así, los santos y los justos podrán entrar en el Reino de los Cielos; “más los perros estarán afuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo aquel que ama y hace mentira” (Apocalipsis 22:15). Confirmado que los adivinos no serán salvados de la quema y del infierno.  
Satanás, El Ángel Caído
 
También es tan claro en Gálatas 5:19:“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, (versículo 20) idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, -y hasta- (21) envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
 
Existen más ejemplos en la Sagrada Escritura de cómo la gente utiliza la adivinación y lo encontramos también en Hechos 16:16; “aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando”. (17) “Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos de Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación”.
 
La manifestación de poder del hijo amado de Dios, Jesucristo, es evidente en Hechos 16:18; “y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella hora”. El poder de Dios es impresionante y lo tiene para expulsar demonios que controlan el cuerpo y la mente de las personas, y liberarlas del poder diabólico cómo lo hizo Pablo con una muchacha del espíritu de adivinación que moraba en el interior de ella.
 
En Hechos 19: 18, la Sagrada Biblia nos habla del verdadero poder de Dios, al señalar que “asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos: y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas  de plata.” De tal forma, “así crecía y prevalecía poderosamente la palabra de Dios”, Hechos 19:20.
 
La Adivinación proviene del diablo, Dios aborrece la magia, la hechicería, la brujería, el espiritismo, la adivinación, la astrología, el horóscopo, el tarot, la quiromancia, el esoterismo, el ocultismo y otras prácticas similares porque los aparta de la luz del Señor y los acerca a las tinieblas de Satán.
 
Consecuencias que arroja la práctica del ocultismo y adorar a Satanás; maldición familiar hasta la quinta generación, desórdenes físicos, mentales y emocionales, severos problemas familiares, pobreza, tendencia a sufrir accidentes, una historia familiar de muertes prematuras, diferencias conyugales y una irreparable muerte espiritual.
 
Recuerda que los métodos que utiliza en estos tiempos Satanás para infiltrar su ponzoña se observan en los materiales pedagógicos de primaria y de instrucción media superior, donde existe todo un lenguaje ocultista que tiene que ver con duendes, hechizos, magos, brujas, maldiciones, trabajos, espíritus oscuros, fantasmas, médium, astrología, talismanes y fórmulas mágicas de la suerte. Este tipo de lenguaje ocultista es reforzado en libros, en medios de comunicación televisiva, radio, revistas, periódicos y por internet, sin descuidar que surgen como enjambres consultorios y pequeñas tiendas con la venta de amuletos, talismanes, fetiches y veladores utilizados en el oscurantismo.
 
El ocultismo no sólo rebasó a la doctrina de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y a sectas sino que ya es parte esencial de los institutos políticos y sus respectivos protagonistas, para buscar la ayuda del príncipe de las tinieblas, hasta el momento dueño del mundo, para deshacerse de sus enemigos y buscar el poder que tanto anhelan.
 
Tal y como lo buscan por medio de fuerzas demoníacas les ayuden –los políticos, empresario, gobernantes, comerciantes, integrantes del crimen organizado y varios sectores de la sociedad -, para conservar “poder efímero” recurren a las fuerzas oscuras de Satanás. También utilizan el ocultismo hoy conocido con otro nombre la esoteria, acuden a los clarividentes para tratar de conocer el futuro o los movimientos de sus enemigos. Eso demuestra la decadencia espiritual en que se halla el mundo entero.
 
El ocultismo desde cualquiera de sus características enseña la necesidad de traer un amuleto en forma de anillo, joya u otro artículo suntuario. Supuestamente el amuleto “protege” y las veladoras “preparadas” dan confianza a las que las usa. Desde el momento en que uno pierde su confianza en Yavé, en Jesús y en el Espíritu Santo para poner su confianza en otra cosa, está ofendiendo a Dios. En síntesis el rito a Satanás es pecado que lleva al hombre a la muerte y directo al infierno.
 
Sin embargo, Jehová desea que toda nuestra fe y confianza descansen solamente en Él, y en nadie más (Jeremías 17:5-8); y que los adivinos no son de fiar porque mienten (Jeremías 29:8-9) y que el Espíritu Santo entrega el poder de profecía (1 Corintios 12:10). 
 
Existe un salvador llamado Cristo, el verdadero hijo de Dios, que te ama y quiere darte vida, a pesar de que existe “un ladrón llamado Satanás que hurta, mata y destruye, lo único que desea es darte muerte y que lo hace astutamente sin darte cuenta a través de la práctica del ocultismo”. Recuerda que Cristo te ama y te llama, ven a él, búscalo para que seas libre de las ataduras de demonios.


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