Negocio y fraude por
delincuentes de cuello blanco; empresarios, políticos y funcionarios
Los gobiernos de
Vicente Fox y Felipe Calderón dieron carpetazo para proteger a regímenes del PRI
Por: Luis Rey N.
El aparato neoliberal
que sirve a la mafia priísta para devastar la economía del país y despojar al
pueblo mexicano de su derecho Constitucional de recibir los beneficios de la
riqueza nacional, permitió a la dinastía de la burguesía PRI-PAN perfeccionar,
con la aprobación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) al
convertir 630 mil millones de pesos a deuda pública para cometer un atracó y
traición a la patria.
Mientras el negocio
del desfalco bancario de 552 mil millones de pesos, dinero que otorgó el gobierno
federal a los bancos, fue para hacer camadas de políticos y negociantes
multimillonarios y engañar el hambre de los trabajadores explotados del campo y
de la ciudad, quienes son los que pagan el derroche financiero.
El Fondo Bancario de
Protección al Ahorro (Fobaproa), y su sucesor Instituto para la Protección al
Ahorro Bancario (IPAB), son instrumentos utilizados por el gobierno federal
durante la administración del entonces presidente de la República Ernesto
Zedillo Ponce de León, para convertir las pérdidas económicas de los bancos
privados en deuda pública, con montos estratosféricos que se siguen cubriendo y
afectarán a varias generaciones de mexicanos.
Ernesto Zedillo Ponce de León |
“Después de la
abrupta devaluación del peso en diciembre de 1994, ocurrida dos semanas después
de iniciada la administración del ex presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), el
gobierno federal tomó la determinación de acudir al rescate de los bancos –que
enfrentaban una crisis de liquidez y una potencial corrida bancaria– con
recursos públicos”, expresó el economista, Fernando Esteban Ruíz.
Explicó que desde
entonces la deuda otorgada por el FOBAPROA: $1,716,067,000,000.00 MX; pagados
por los mexicanos: $ 889,493,000,000.00 MX y ganancias de bancos del
2000-2011:$569,434,000,000.00 MX, y todavía falta seguir pagando estos errores
por muchos años.
El analista en el
sector financiero, dijo que el Fobaproa se creó en 1990 con aportaciones de los
bancos como un fondo para garantizar los depósitos de los ahorradores. El fondo
es un fideicomiso privado y no una entidad de la administración pública federal
y era administrado por el Banco de México.
Esta transformación les
generaría altísimos intereses a los compradores, dinero que tendría que gastar
el gobierno, ya sea por medio de convertir los pagarés de Fobaproa en deuda
pública, o por medio de otros instrumentos financieros expedidos por un
organismo, específicamente creado con este fin, para que convirtiera los
pagarés de Fobaproa en los nuevos instrumentos financieros, a los que se llamaran
"garantías" u "obligaciones", dijo.
De los 560 mil
millones de pesos, aproximadamente 65 mil millones de dólares, a que ascendían
las deudas de Fobaproa hasta el mes de febrero de 1998, aproximadamente 360
mmdp de deuda pertenecían a los bancos "muertos", que son los bancos
intervenidos por el gobierno, es decir, ya no pertenecen a los accionistas de
los bancos, puntualizó.
En su exposición
sobre “El Rostro oculto del Fobraproa”, afirmó que “este suceso se ha
convertido en el mayor desfalco monetario al país en los últimos tiempos,
llamado también el fraude o el robo del siglo, ha sido un ejemplo claro de cómo
el gobierno federal mexicano es altamente vulnerable a los intereses privados,
y al mismo tiempo, un enorme negocio de las cúpulas de poder”.
También, dio a
conocer que “la dinastía PRI-PAN, al servicio del capital norteamericano, han
convertido en botín burocrático y político los sectores estratégicos de la
economía y de los caudales del financiamiento externo, luego de aprobar y
entregar a una clase empresarial parasitaria y privada (banqueros) de
iniciativa, los recursos públicos, el mercado doméstico y la fuerza, cautiva,
de los trabajadores de México.
Asimismo, consideró “el
Fobaproa es el triunfo del PRI más grande de la corrupción oficial y privada en
México”. Además, dijo “nunca, ningún
gobierno del régimen autoritario, ningún acto representó mayor corrupción, ni
causó daño tan grande a México y al pueblo de México como el robo del siglo”.
Al analizar el
Fobaproa, expresó que “no puede hacerse de manera aislada, sólo como organismo
de corrupción y de despojo al pueblo a través mexicanos políticos y empresarios
que han consumado un tremendo acto de rapiña y otros funcionarios, se han
coludido para consumar esta gran maniobra, que les quita a los mexicanos el
mínimo bienestar alcanzado lentamente durante 50 años, y regresa al pueblo a
niveles de miseria”.
En el pináculo del
saqueo y el derroche de la riqueza nacional entre le bipartidismo PRI-PAN
definen su estrategia imperativa a disciplinarse a los dictados del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y no como lo aseguraban los ex presidentes del
PRI y del PAN (a unos días de que entregue el poder Felipe Calderón a otro del
PRI) en sus discursos demagógicos de defender los intereses del pueblo
mexicano, al igual de quien tomará la riendas de la nación, Enrique Peña Nieto.
El neoliberalismo debilita al Estado mexicano
Antes que tomara
posesión el régimen del liberalismo sociales, sexenio de Miguel de la Madrid
Hurtado, para ser exacto 26 meses, México tenía una banca privada que
controlaba no sólo la actividad financiera del país sino que influía también en
la marcha de los sectores dinámicos y modernos de la industria, el comercio y
los servicios.
La concentración del
poder en cinco instituciones que presentaban el 75 por ciento de los activos;
el control de compañías de seguros, inversión y arredramiento; la creciente
penetración en las principales empresas productivas; el dominio sobre la
información económica y la participación en las actividades financieras del
Estado, habían acabado por construir un grupo cuya fuerza económica y política
sólo tenía un rival; el Estado mismo.
La historia
contemporánea de México está marcada por una serie de medias de expropiación y
nacionalización que ha influido profundamente en la conformación del régimen
social y económico en el cual vivimos. Sin embargo, cada una de ellas tiene un
significado social diferente, que sólo puede ser dilucido en el contexto en el
cual se produce.
La intervención de
los ferrocarrileros en el porfirismo, incautación de la banca en septiembre de
1916, expropiación de latifundios en la segunda mida de los sueños treinta,
nacionalización del petróleo, mexicanización de la industria eléctrica y
nacionalización de la banca (primero de Septiembre de 1982), “medidas que,
todas ellas, tiene algo común, fortalecen el papel del Estado en la economía y
la sociedad en general, no obstante dicho objetivo ha sido truncado por la
voracidad del gobierno y de la iniciativa privada de México que representa los
intereses del sistema capitalista de Norteamérica”.
Miguel de la Madrid Hurtado |
A partir del régimen
de Miguel de la Madrid Hurtado se acogió como teoría nuestra política y
económica una especie de neoliberalismo que condena a la desaparición de los
principios de justicia social y nacionalismo progresista cristalizados en la
Constitución de 1917, así como las reformas que fortalecieron esos principios.
El historiador Emilio
Crieger en su Análisis sobre el Neoliberalismo Yanqui, menciona “durante la
instauración del gobierno neoliberal implantado desde 1982, sufre un fenómeno
que cada día se aleja más de un Estado de derecho que lo coloca en la
ingobernabilidad y por ende a la anarquía caótica”.
Desde las reformas
constitucionales, legales y administrativas del ejecutivo federal “de la mesura
y de la renovación moral” se abandona las aspiraciones de justicia social,
mejor distribución de la riqueza y consolidación de un Estado consagrado en
servir a la colectividad con funciones cada día más amplias y significativas.
El liberalismo estima
a través de los gobiernos entreguistas, haber proclamado un sistema de armonía
tripartita, supuestamente sometido al control del Estado y caracterizado por
iniciar una clara tendencia de debilitamiento y contracción de las funciones
económicas estatales para transferir a la iniciativa privada, ya fortalecida
con la adición de numerosos empresarios provenientes de las filas de los
funcionarios públicos.
De esa manera se
estableció una política de privatización de la actividad económica,
supuestamente estratégica y esencial, para debilitar el aparato estatal,
reducir sus funciones, reforzar las tareas de los empresarios y multiplicar los
recursos a su disposición.
Emilio Crieger
asegura que “es innegable y aún confusa orientación se logró, por supuesto, la
simpatía del gobierno estadounidense y de muchos inversionistas, pero a la vez
creó una corriente popular en México de repudio y traición a los principios
elementales que alimentaron la Revolución Mexicana expresados en nuestro
sistema constitucionalista”.
Esa línea económica y
política se acentuó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el cual agrego
la corrupción y la rapiña, los nuevos rasgos del neoliberalismo mexicano de
fines de siglo originario en Harvard y con evidentes signos de dedicarse a
servir a los intereses del imperialismo Yaqui.
Delincuentes priístas de cuello blanco
El sociólogo Edwin
Sutherlanda en 1939, asegura “la criminalidad de Cuello Blanco ha venido
incrementándose por el gran poder económico que los hombres de negocios
adquieren a través de sus relaciones en los mal altos círculos de poder y de
alguna manera son bien vistos en sociedad, resulta difícil desenmascararlos o
someterlos a la acción de la justicia”.
Asimismo, se
considera que “ésta acción ha causado indignación en la sociedad mexicana, ya
que presuntos delincuentes, con toda impunidad evaden la acción de la justicia
apoyados en una serie de mecanismos formales previstos por la ley”.
Este tipo de delitos
ha orillado al gobierno de la República a aplicar medidas emergentes de rescate
de las instituciones crediticias tales como: Ade, Udi, Afore, Siefore, Parausse
y Fobaproa, con el cual se pretendía sanear el sistema financiero mexicano
saqueado por los pillos de cuello blanco al amparo de una serie de lagunas
legales, se mantienen impunes y como ilícitos bancarios no son tipificados como
“delitos graves”, los presuntos criminales tienes el derecho de obtener
libertad provisional bajo caución con la garantía que el juzgador fije.
A principios de 1997
se pone al descubierto la corrupción en las instituciones de crédito y bancaria
del país, cuyo peculado se estima en 400 millones de pesos, según consta en la
averiguación previa 554/10/97 contra Jorge Lankenau Rocha.
El ex presidente del
consejo de Administración del Grupo Financiero Abaco Confía desfalcó a las
arcas del país, desde entonces se manifestó y se evidenció la corrupción con la
realización de autopréstamos a familias de banqueros y funcionarios, aseguró en
ese entonces la Coordinadora de Política Económica de la Fracción perredista en
la Cámara de Diputados.
La esposa del
banquero, Milagros Martínez Lankenau recibió más de 100 millones de dólares en
crédito, mientras el socio del defraudador Jorge se autopresto cerca de 12
millones de dólares, no obstante Lankenau propuso a Hacienda cubrir su deuda
con 80 millones de dólares, ni la cuarta parte del fraude.
Las irregularidades
en la operación de los bancos esta el reporte de bienes inexistentes y créditos
otorgados sin aval, sin registro y a una gran cantidad de empresas fantasmas.
Pedro Aspe Armella |
El problema que se
dan en las instituciones bancarias son por negligencia e ineptitud de los
funcionarios para operar, sobre todo, las decisiones regidas por una política
de “mutua ayuda entre los socios, familiares y amigos, como en el caso de Banca
Unión-Cremi donde el PRD identificó 63 empresas inexistentes”.
Al concluir 1995,
doce bancos mexicanos habían vendido su cartera vencida al Fobaproa. Pero éste
ya se encontraba descapitalizado, no solo por la crisis, sino también por las
innumerables operaciones irregulares y los fraudes cometidos por Carlos Cabal
Peniche y Ángel Rodríguez, expropietarios de Banca Cremi y Unión, y de Banpaís,
respectivamente.
El fraude ascendió,
en Cremi y Unión, a 2 mil millones de dólares. Para garantizar el capital de
ambas instituciones y los depósitos de los ahorradores, el gobierno dispuso de
los fondos del Fobaproa. El monto de los recursos defraudados por Cabal agotó los
recursos del fideicomiso y fue necesario que el Gobierno adquiriera los
créditos vencidos de la institución bancaria.
Otro de los errores
fue el “crédito a la palabra”, sin importarles violar el artículo 65 de la Ley
Bancaria donde los préstamos se deben de realizar con garantías de solvencia de
pago e investigación previa, un buen número de créditos se otorgaron sin
ninguna documentación. Serfín presto mucho dinero. Bampaís mantuvo un desfalco
previo de 258 millones de pesos en crédito, “de ahí algunos banqueros e
industriales tenían deudas con acciones porque compraron en la bolsa, pero
después lo pasaron al Fobaproa”, sostuvo el PRD.
En su oportunidad, la
entonces legisladora Dolores Padierna subrayó “que la Banca de Desarrollo
subsidió a la privada cubriendo el diferencial de tasas de interés, lo que fue
menguando sus finanzas y llevó virtualmente a la quiebra a instituciones como
Nafin y Banjército, al amparo del Estado y del PRI-gobierno”.
En la primera lista
de banqueros, empresarios y grupos, figuran entre otros: Jorge Martínez
Guitrón, del grupo Sidek; Jorge Eugenio Ortiz Salinas, de Salinas y Rocha; la
familia Alcántara y Raymundo Gómez Flores, de Estrella Blanca; José. Gustavo y
Enrique Mazón López, del grupo empresarial de Sonora Mazón; Arturo Lomelí
Villalobos; Juan Diego Gutiérrez Cortina, de Gutsa y propietario del World
Trade Center; Nicolás Xacur; los hermanos Antonio y Juan José Leaño Alvarez del
Castillo; Isaac Saba; Jorge Ballesteros Franco; Manuel del Valle Talavera, de
la familia del Valle Ruiz, de la que es miembro Antonio, ex presidente de la
Asociación Mexicana de Bancos; Enrique Molina Sobrino, del grupo Escorpión y
Justo Fernández.
También, Julio y
Eduardo Mariscal, del grupo Havre; Alejandro Morales Maga, de Transportes
Aéreos Ejecutivos; Angel Isidoro Rodríguez, “El Divino”; Fernando Lankenau
Rocha, hermano de Jorge, estuvo preso en el penal de Topo Chico, en Monterrey;
Carlos Cabal Peniche; Pablo Funtanet Mange; Mario Rodríguez Saez; Carlos Noriega
Arias; Gilberto Borja Arrioja, de Ingenieros Civiles Asociados, ICA; David
Peñaloza, de Tribasa y los hermanos Jorge, José Luis y Carlos Ballesteros
Franco, éstos cinco últimos, por el “rescate carretero”.
En quiebra el sistema financiero nacional
La crisis de
diciembre de 1994 y el consecuente incremento en la taza de interés, la cartera
vencida de los bancos se elevó hasta un techo nunca imaginado que los colocó en
la insolvencia práctica, para rescatar a la banca mexicana, luego de aplicar
costosos programas, el gobierno federal a través de Ernesto Zedillo Ponce de
León otorgó 65 mil millones de dólares.
Ángel Saucedo, en ese
lapso como diputado federal priísta indicó “la grave situación, por medio del
gobierno federal, pretendió ser resuelta con la aparición del llamado Fondo
Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que se dedicó a comprar carteras
de riesgosas de por lo menos 18 instituciones para capitalizarlas con el fin de
permitirles seguir operando quebrantos”.
Vicente Fox Quezada |
Desde 1991 la
Comisión Nacional Bancaria autorizó a los neobanqueros otorgar préstamos a
todos sus acreditados, para aprovechar la llegada de los recursos al país, con
motivo del TLC para autoprestarse.
Indicó que “en un
exceso de consentimiento y con 80 por ciento del crédito otorgado en
autopréstamos, el Fobaproa funciona simplemente para adquirir la cartera de los
bancos, liquidando sus propios adeudos con dinero público, el costo real de la
compra de los bancos, los priístas como los panistas avalaron que sea pagado
injustamente por todos los mexicanos”.
Pedro Aspe Armella,
ex secretario de Hacienda y artífice de aplicar el proyecto neoliberal
salinista que hundió en la pobreza a la mitad de los mexicanos y responsable de
realizar los movimientos turbios del proceso de privatización bancaria que
culminó en la bancarrota del sector y la crisis de pago observada a partir de
1995.
También se le
califica como “el hombre orquesta” de la microdevaluación y la crisis
financiera de 1994 que aceleró la dependencia económica de la nación frente a
Estado Unidos de Norteamérica.
Arquitecto del
proyecto neoliberal (y la ruina del país), con sus programas emergentes el país
sufrió una crisis que se agudizó en 1994 y ésta se transformó en deuda externa,
cuyo monto se elevó en 1995 a 100.9 mil millones de dólares. Esto se pagó con
préstamos de Estado Unidos y del FMI a cambio de un severo programa de “choque”,
la profundización del desmantelamiento del Estado, la privatización de los
sectores estratégicos de la nación, mayores concesiones al capital foráneo y la
pérdida de la soberanía en el manejo de la política económica.
El monto de los
débitos públicos externos entre 1990 y 1994 paso de 77.7 mil millones de
dólares a 85 mil millones, lapso en el cual los adeudos de corto plazo pasaron
a representar el 1.5 a 7.4 por ciento del total.
La baja de precios,
que llegó a un digito en 1991, se logró a costa de la sobrevaluación cambiaria,
el desmesurado déficit en cuanto a corriente de la balanza de pagos externa y
el ascendente endeudamiento externo especulativo, desequilibrios que estallaron
en diciembre de 1994.
Pedro Aspe y Salinas
de Gortari responsables de la pobreza de más de 60 millones de mexicanos y del
colapso financiero, en contubernio con los principales jerarcas del PRI, cuya
deuda es considerada por el PRD en 65 mil millones de dólares que se destinó
para el rescate bancario del país.
En este sentido, las
autoridades financieras del país reconocieron que el rescate de la banca sería
todavía largo, diez años por lo menos, y se aplicará un pago de 11 mil millones
de pesos del presupuesto federal, que se irá incrementando en la medida en que
se generen los naturales intereses por saldos “insolventes” del total del
rescate.
La cifra, que supera
10 por ciento del PIB, en el gobierno federal de Ernesto Zedillo, se convirtió
en pocos años hasta 20 por ciento en la producción nacional, mientras la deuda
interna ascendió a 63 mil millones de dólares, 552 mil, el 70 por ciento irrecuperables
mientras se trató de rescatar 245.
El fraude para perpetuarse en el poder
El gobierno priísta
avaló, en complicidad con AN, trasladar definitivamente su costo a los contribuyentes,
toda vez que lo convirtieron en deuda pública.
Para compartir el
poder y asegurar la perpetuación del PAN y el PRI en el poder político absoluto
sobre la sociedad mexicana, era necesario el despojo del patrimonio nacional,
además de inseparable el botín de la soberanía popular para cumplir con el
objetivo de la burguesía de la explotación económica y servidumbre política del
nuevo régimen.
Insolvente y en
bancarrota, el PRI-PAN no tuvieron la capacidad de disfrazar por más tiempo la
economía de ficción, al servicio de los intereses cupulares del sector
empresarial y del capital extranjero, beneficiarios de la política económica y
de las privaciones del pueblo trabajador al perder su poder adquisitivo y
enfrentar los embates inflacionarios. Aquí el PRI y el PAN exhibieron ante el
pueblo su verdadero rostro de entreguista y antipopular al aprobar 650 mil
millones de pesos, entre intereses, sea considerada por el gobierno actual como
deuda externa.
La iniciativa
bipartidista PRI-PAN de convertir en pública la deuda pública proveniente de la
función del Fobaproa es un impuesto notablemente contrario a los preceptos
constitucionales como resultado del tributo a la plutocracia del país con
resultados inflacionario.
Para el Partido de la
Revolución Democrática el rescate bancario, es la consumación del atraco al
país y un modelo económico que agoniza y ha agudizado la crisis al entregarle
la presidencia de la República a su “socio” el PAN durante doce años, y éste
devolverla en el 2012. Así la elite del tricolor y blanquiazul en franca
complicidad con los grupos de poder y económicos, estas demostrado que cuando
se junta de manera perversa destruyen la República.
Felipe Calderón Hinojosa |
Así, el sector ultrareaccionario
de la administración pública federal, intoxicado con el tecnocratismo con el
que es el alimentado por sus tutores, no tiene capacidad para la reflexión
independiente y cree que los abusos de poder que lleva a cabo son bien
recibidos y aplaudidos por aquellos a quien se afecta. Sólo como imagen pública
justifican con los medios a su disposición de antigobiernistas y se dicen ser
los verdaderos defensores del proyecto de la nación, para que el pueblo pague
la deuda de 360 mil millones de pesos, costo del Fondo Bancario de Protección
al Ahorro (Fobaproa).
El expresidente del
Colegio Nacional de Economistas, Arturo Salcido Beltrán aseguró que “el recuento
del rescate bancario representa a precios actuales $2 billones 577 mil millones,
el costo lo pagarán los contribuyentes durante 30 años, quiebra de la banca en
95 llevó al país a la peor caída en 60 años, el número de pobres aumentó de 94
al 96 en 20 millones, sólo 4 de cada $100 fueron en apoyo a pequeños
ahorradores, entidades saneadas con dinero público, vendidas a particulares
y en un año, los intereses suman 30 mil
millones de pesos”
En este sentido,
afirmó que “los centros de poder financiero internacional abusan generosamente
de la ingenuidad e infantilismo intelectual de sus empleados tecnócratas
impuestos dentro del gobierno federal y como comparsas de los partidos
políticos PAN y PRI, al tiempo que son inducidos a que apliquen en México la
política económica y social que llevan adelante los regímenes de las naciones
capitalistas, para destruir la identidad de los pueblos colonos. Tal es el caso
de la política que practican en el país”.
De esta manera, los
mexicanos no podemos pensar en la independencia sin advertir cómo la nación
mexicana ha tenido un proceso histórico que enfrenta a dos fuerzas sociales; la
primera encabezada por la clase social
que constituye a la nación como poder soberano sobre sus recursos naturales y
sociales –PRI-PAN-, y la otra que encuentra el apoyo de imperialismo para
ofrecer la explotación de todos los bienes de México y anular así la soberanía
y la independencia.
Es obvio que el
régimen impuesto por la burguesía a México, sobre todo, en los dos más
recientes sexenios, con el modelo del neoliberalismo, ha puesto en proceso de
liquidación a nuestra identidad nacional. Préstamos tas préstamos, por más
reducciones de intereses y pagos que se negocien, hacen del Estado un administrador
malo de los intereses financieros imperialistas, convertir los negocios turbios
de la plutocracia en deuda pública, para que el gasto corriente del Estado se
reduzca y el poder adquisitivo de la clase trabajadora se debilite con el
incremento de los impuestos.
Un rescate
anticonstitucional, es el reflejo con la nueva Ley de Protección Bancaria, para
borrar las huellas del mayor fraude financiero de las historia y asestar duro golpe
de traición a la patria con el complemento fraudes electorales, masacres, asesinatos,
injusticias represión y censura
Todos los mexicanos debemos el Fobaproa al Lic. Fernando Espeleta Roncal entre otros ex accionistas rateros que lo fraguaron, un abogaducho de quinta que dicho sea de paso a pesar de sus demencia senil sigue ejerciendo su profesión y vendiéndose al mejor postor. Se enriqueció de forma ilícita a partir de la extinta Banca Cremi, y sigue enriqueciéndose a partir del ejercicio indigno de su profesión, vendiéndose a magistrados y jueces.
ResponderEliminarSi desea ganar un juicio no contrate al vejete Fernando Espeleta Roncal que además de ser un neofito que desconoce de leyes y procedimientos actuales, durante el proceso cambia de bando y se vende al mejor postor.
Si usted quiere evitar además la pena de escuchar a un anciano que habla como si fuera de Tepito con frases como “tu hicistes”, “dijistes”, etc. no contrate a un corrupto que hundio a México. En el medio de la abogacía el licenciadito es conocido como Fernando ESPENDEJELETA Troncal, denle gracias por el Fobaproa.