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Los desórdenes internos y la corrupción
galopante en el nosocomio de Chimalhuacán “legalizan” el saqueo hormiga de los
insumos y medicamentos como la destitución de enfermeras y empleados, plazas que son entregadas a terroristas de Antorcha
Por: Tumbaburros
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El "Gángster" Salvador Rivera Valverde |
Luego de un “convenio
leonino” entre el Secretario de Salud del Estado de México, Dr.
Gabriel J. O´Shea Cuevas, y el alcalde “espurio” de Chimalhuacán, Tolentino
Román Bojórquez, se impone en la dirección del
Hospital General 90 Camas a Carlos Salvador Rivera Valverde, quien inició una campaña represiva, abusiva y de
amenazas en contra el personal médico y trabajadores de la institución pública,
en dicho acto de corrupción ya cobró algunas víctimas al despedir a varias
enfermeras.
Ante la imagen
negligente con falta de probidad de la que hace gala en el nosocomio el
antorchista, Salvador Rivera Valverde, legaliza la corrupción como un cáncer
social que le permite desenvolverse en un escenario de reglas no escritas que
tiene como contexto su legalidad informal en el interior del Hospital 90 camas,
para reprimir de forma violenta los derechos de la clase trabajadora de la
salud pública.
En un documento
entregado al gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, personal
del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud (SNTSA) expusieron su repudio
a los atropellos y abusos que comete en
contra de la base trabajadora Carlos Salvador Rivera, sin importarle vulnerar
sus legítimos derechos laborales y humanos.
Los inconformes
sostuvieron “manifestamos nuestro coraje con las decisiones arbitrarias,
autoritarias y mediocres de Rivera Valverde, al avalar el cambio de Oralia
Hinojosa, se desempeñaba como empleada en el área administrativa, a enfermera
no cubriendo los estudios y perfil que se requiere para dicha responsabilidad,
ahora está en el quirófano como ayudante de los médicos cirujanos, quienes por
su nefasto desempeño en varias ocasiones le han llamado la atención”.
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M. Rosario Palafox Castañeda |
De igual manera,
sostienen “otra aberración corrupta de Carlos Salvador Rivera es otorgarles en
poco tiempo de servicio la base laboral a un grupo de enfermeras encabezadas
por activistas del PRI y del grupo mafioso de antorcha de nombre Janeth y
Paola, mismas que gozan de todo tipo de privilegios que van desde la ausencia
en días laborales como constantes permisos en horas de trabajo para realizar
activismo político a favor del partido en el poder local. Mientras hay compañeras
enfermeras con más de 6 años de servicio que no tienen base laboral en el
hospital”.
En otro acto injusto,
ilegal y despótico, “El Matasanos” de Rivera Valverde despidió a personal que
laboraba en el nosocomio desde hace varios años, aunque tenía conocimiento de que
las mujeres son madres solteras y padres de familia que son pilares de la
economía de sus familias”.
Explicaron que ante el
abuso de autoridad del que hace gala el antorchista de Carlos Salvador Rivera
en confabulación con la subdirectora administrativa, María del Rosario Palafox Castañeda, se prestan al influyentismo y nepotismo para
beneficiar a espaldas de los trabajadores sindicalizados con un contrato
laboral a Ramón Salvador Cruz Ortíz, del departamento de recursos generales;
José Clemente Rodríguez Ramos, chofer
particular del director y a la señora Alejandra Martínez Rosas, ésta última con
una base federal en la guardia especial diurna, entre otros favorecidos de la agrupación política terrorista del PRI, Antorcha
Campesina.
Además, precisaron que la subdirectora María del Rosario Palafox está involucrada en manejo ilegales de los recursos públicos y en actos de corrupción como en el tráfico de influencias, turbias maniobras que fueron denunciadas en la Contraloría Interna de la Secretaría de Salud del Estado de México.
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Insumos y medicamentos que desaparecieron del Hospital |
De igual manera, los
quejosos sostuvieron “es una acto de represión y discriminación contra los empleados
que tienen contrato y suplencias con más años de antigüedad dentro de la institución pública de la salud,
esperan una mejor oportunidad y al igual que nuestros hijos puedan tener el
derecho de prestar sus servicios en el nosocomio, a la cual lo consideramos
nuestra segunda casa”.
Así, el comportamiento
gangsteril del titular del Hospital 90 Camas como el de su cómplice, María del Rosario Palafox Castañeda, es un acto de abuso de
autoridad y con responsabilidad
administrativa, sin que se descarte daño patrimonial al gobierno federal, a lo
cual no puede haber impunidad ante el delito penal contra ellos, porque en tal caos interno fomentan el saqueo hormiga de los insumos, material médico
y aparatos, mismo que deberían de ser utilizados para dar buena atención a todo
la población, y no para favorecer a los afiliados antorchistas.
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Dr. Gabriel J.O´Shea Cuevas |
En este sentido, dijeron
“los trabajadores del Hospital 90 Camas deben de darse cuenta y aprovechar los
beneficios y acciones que ahora ya nos permite la ley, esto implica que las
autoridades – del gobierno del Estado de México y del municipio de Chimalhuacán
– saquen las manos en asuntos que competen a los trabajadores”. Además,
indicaron “necesitamos un director que tenga una visión de progreso de la salud,
de respetar a toda la clase trabajadora y sin violar nuestros derechos
sindicales contemplados en la Constitución de la República”.